lunes, 23 de diciembre de 2013

Príncipe de Zamunda (1988)


Sinopsis:

El príncipe Akeem (Eddie Murphy) es el heredero de la corona de Zamunda y con motivo de su vigésimo primer cumpleaños, está obligado a contraer matrimonio con una mujer a la que han preparado desde pequeña para que sea su futura esposa y futura reina de Zamunda.

Pero Akeem quiere una mujer que lo ame de verdad y no desea una esposa que ladre y salte a la pata coja cuando él se lo ordene. Akeem habla con su padre, el rey de Zamunda (James Earl Jones) y con su madre Aoela, reina de Zamunda (Madge Sinclair) para posponer la boda y así poder encontrar a la mujer de su vida. Los padres aceptan, pero le dan un plazo de 40 días.



Akeem y su siervo Semmi (Arsenio Hall) giran un globo terráqueo y deciden viajar a la ciudad de Queens, Nueva York. En la gran urbe ocultaran su verdadera identidad y trabajarán para el dueño (John Amos) del restaurante de comida rápida "Mcdowells", haciéndose pasar por maestros del fast food a nivel fritanga. Al seguir dando palos de ciego en la búsqueda de una dama, los habitantes de Queens indican a nuestros “Zamundeños” que se pasen por una iglesia en la cual se celebrará una gran fiesta. De repente aparece en el escenario la hija de su jefe, Lisa Mcdowell (Shari Headley) y Akeem queda totalmente prendado de ella por su valiente carácter pero él desconoce que ella sale con el clásico adinerado e insoportable Darryl (Eriq La Salle). Sin embargo nuestro príncipe no se dará por vencido y utilizará sus artes amatorias para conquistar a su reina.

Película:



El Príncipe de Zamunda es otro gran clásico ochentero que nunca debería ser olvidado por la psique humana ni siquiera por navidad. Película que bebía de la comedia y del romance sin transmitir un ápice de pastelosidad y dueña de un sentido del humor de lo más simpático. El argumento de Príncipe de Zamunda se podría definir como un cuento de hadas metropolitano o como la versión urbana y moderna del cuento de la Cenicienta.

Vienen a mi mente escenas inolvidables como el gran hit “Chocolate sexy” o la hilarante escena de la discoteca o cualquier secuencia de la barbería… o cuando Eddie Murphy mira a cámara al ver que la mujer que tiene que ser su esposa empieza a saltar a la pata coja y a ladrar. No hay duda que tonterías de este calibre a uno le hacen pasar un buen rato.



El príncipe Akeem (Eddie Murphy) deseaba encontrar a su amada en cualquier lugar del mundo y que mejor sitio donde localizar reinas que en “Queens” (ja). No deja de ser curioso que la actriz que interpretaba a la enamorada del príncipe Akeem, Shari Headley, en la vida real es también oriunda de Queens (NY).

Siguiendo con el tema del reparto, el padre del Príncipe Akeem fue interpretado por el genial James Earl Jones, sin embargo el director John Landis  quería que actuara en ese papel el ganador de dos Oscars, Sidney Poitier pero su representante pedía demasiada pasta. Al estrenarse la película, Poitier se puso en contacto con el director Landis y le dijo que si hubiera hablado con él directamente habría participado en el film sin pensárselo. También antes de escoger a la desconocida y guapa, Shari Headley, parte del equipo técnico deseaba que interpretara ese papel Vanessa Williams a la que conocemos (o conozco) de Eraser (1996).


He aquí los descartes
Uno se pregunta qué similitud puede haber entre el Príncipe de Zamunda y Mi amigo Mac que son como el huevo y la castaña. Está claro ¡El amor por Mcdonalds¡. Curiosamente el actor John Amos que interpreta al dueño del restaurante de comida rápida Mcdowells trabajó en su juventud en un Mcdonalds. Y aparte del enorme parecido entre los dos nombres de la franquicia, hay varias secuencias de aquellas vergonzosas (y a las que uno se acostumbra) en la que se cita textualmente el restaurante Mcdonalds. En una de ellas sin venir a cuento hay una mujer que en medio de un banquete espeta que le gustan más las patatas de McDonalds que las del restaurante Mcdowells. Aún así con toda esta propaganda tuvieron que pedir un permiso a la multinacional por usar el término Mcdowells ya que tienen la patente de todas las razones sociales que incluyan las siglas Mc. Espero que a Mc Hammer no le pusieran un pleito (matarme). Mcdonalds aceptó pero se cuenta que había un restaurante McDonalds por la zona que no fue informado de esta autorización y dicho local contrató a un fotógrafo para poder conseguir pruebas de la existencia del “pseudo” restaurante Mcdowells y así presentar la denuncia pertinente. Este suceso anecdótico se plasmó en la película en una escena.



John Landis VS Eddie Murphy

Eddie Murphy estaba en la cima tras iniciar la genial saga Superdetective en Hollywood y se embolsó por participar en el Príncipe de Zamunda todo un pastizal, 8 millonejos. John Landis declaró en una entrevista que Murphy ya no era el “pipiolo” con el que trabajó en la entretenida “Entre Pillos anda el juego” y afirmaba que el rodaje con Murphy fue insoportable, ya que este poseía un ego muy subidito y literalmente Landis llegó a decir que Eddie Murphy era un cerdo arrogante.



Por otro lado en una entrevista en el Playboy, Murphy comentó que Landis nunca le perdonó que no le defendiera cuando el director casi es condenado a pena de cárcel por el homicidio imprudente de dos niños y del actor Vic Morrow en el film En los límites de la realidad (1983). Murphy comentaba que no podía apoyar a Landis de ningún modo ya que no veía correcto que tuviera a dos niños trabajando a las doce de la noche y en esas condiciones. Si ocurría cualquier accidente en esa situación; el único responsable es la persona que grita ¡acción¡.
Cuenta Murphy que en el set de rodaje se insultaron a grito pelado y que un día el actor quería ir a cenar con todo el reparto pero el director Landis agarró del brazo a la actriz protagonista Shari Headley y le aconsejó que no se acercara a Eddie porque él solo quería su vagina. Increible-ble.



Años más tarde Eddie Murphy pidió volver a trabajar con Landis en la reivindicable Superdetective en Hollywood III dando un halo de paz al asunto. La verdad que con la inquina que hubo entre director y actor es difícil creer que se gestara una de las comedias más emblemáticas de los 80.

Filmografía:



Película dirigida por el entretenido realizador John Landis que dirigió las dos versiones de Blue Brothers, Entre Pillos anda el Juego (1983) y el célebre videoclip de Michael Jackson, “Thriller”.
Como “prota” el inconfundible Eddie Murphy que empezó su carrera en el mítico programa “yanqui” Saturday Night Live. ¿Alguien recuerda la intentona que hubo en Spain? Eso sí que fue para partirse. Murphy saltó a la gran pantalla en la genial Límite: 48 horas (1982) y encarriló éxitos como la trilogía Superdetective en Hollywood y el Chico de Oro (1986) de la que soy muy fan, hasta que desgraciadamente a partir del 1995 su filmografía se hizo insufrible. Como curiosidad por problemas de agenda no pudo ser el cuarto cazafantasmas pero para más Inri quién ponía la voz a este cazafantasmas en la serie de dibujos animados era su amigo y compañero de reparto en este film, Arsenio Hall.


Y por aquí empezamos. Como amigo inseparable del príncipe Akeem aparece el actor Arsenio Hall, recordado por aquella serie policíaca que aparecía un chino obeso, llamada Ley Marcial. Completando el personal tenemos a James Earl Jones que es visto en Campeón de Campeones (1989), a John Amos recordado por su rol de militar corrupto en la Jungla de Cristal II (1990) y a Eriq La Salle que es visto en la serie Urgencias que tan popular hizo al amigo George Clooney. Por último aparece de soslayo el actor Frankie Faison como dueño del hostal donde reside el príncipe Akeem y que aparece en toda la saga de Hannibal Lecter como bedel.

En el sector femenino, tenemos a Shari Headley como la enamorada del príncipe que empezó su trayectoria en el Show de Bill Cosby y a Madge Sinclair que tristemente falleció en el 1995 a causa de la leucemia y que puso voz a la madre de Simba en el Rey León (1994).


Shari Headley
Vestuario y maquillaje:


Deborah Nadoolman y Rick Baker
Príncipe de Zamunda fue la primera película en la que Eddie Murphy interpretó a varios personajes; que como todos sabéis es un recurso que ha utilizado con éxito en futuras proyecciones como Norbit y el Profesor Chiflado. Es sarcasmo puro. Aún así gracias a la dirección de Landis y al maquillador Rick Baker, este aspecto en esta película está realmente bien aprovechado.


Murphy y Hall en sus diferentes papeles.
El príncipe de Zamunda fue nominada a los oscars por mejor vestuario (Deborah Nadoolman) y por mejor maquillaje (Rick Baker). Este Rick Baker tiene siete oscars en sus estanterías es más, inauguró y encima ganó esta categoría por primera vez en la historia de los oscars gracias a su destreza en la película Un hombre lobo americano en Londres (1982).
Donde Rick Baker tuvo que emplearse a fondo en este film fue creando al cliente judío de la barbería que dejó a Eddie Murphy tan impactado que se levantó con el maquillaje puesto y se fue por toda la Paramount a tirar los tejos al sector femenino. Todas creyeron que era un viejo verde y que no se trataba de Murphy. La caracterización de este personaje está inspirada en el suegro del maquillador y aprovechando la similitud, su suegro realiza dos cameos en el film sustituyendo a Murphy cuando este interpreta a otro personaje en pantalla.


Ahí detrás está el suegro del maquillador Rick Baker.
El vestuario del film lo diseñó la mujer de Landis, Deborah Nadoolman, que entre sus logros están la chaqueta roja de Michael Jackson en “Thriller” y el sombrero y la chaqueta de Indiana Jones. Confesó que las prendas con animales que visten los reyes de Zamunda pertenecen a animales reales disecados pero ya estaban muertos y disecados, es decir no se asesinaron a la carta expresamente para que los actores lucieran esos ropajes. También reveló que al final del film, en la boda, se vio obligada a realizar un traje de novia de color rosa porque Eddie Murphy posee un color de piel muy especial y si hubiera ido de blanco, hubieran parecido un postre de menú. Esto aparece literal en los extras del DVD, no racist.



Historia original y consecuente “pollo” con la Paramount:

Siempre me ha causado regocijo cuando se querellan por plagio sobre una historia o un guión original cuando éste lo podría haber escrito un insecto cachipolla. Supongo que no es lo mismo el guión de Memento que del Príncipe de Zamunda. En fin…
Por un lado, la historia original surge de la imaginación del mismo Eddie Murphy que escribe un relato que trata sobre una mujer que se enamora de un hombre sin saber que esta persona es en realidad una importante celebridad. Esta idea venía del mismo Eddie ya que por aquellos años estaba en la cima y se supone que se lo copulaban sólo por su parné y no por su corazón. Y eso a él le dolía (Ja). Afirma que estando de gira escribió 25 páginas de esta historia en la parte trasera de un autobús y que su título original era “The Quest”, sí amigos, como la de Van Damme.

Sin embargo, al estrenarse el film, todo un premio Pulitzer, el señor Art Buchwald, que escribía una columna en el periódico Washington Post, denunció a la Paramount señalando que la historia del Príncipe de Zamunda estaba basada en un guión suyo llamado Rey por un día y que entregó en mano a la major.



En el juicio se demostró que al estar el guión extraviado por los parajes de la Paramount, Landis y Eddie (u otros) podían haber accedido al libreto de Buchwald, con claras evidencias de que el argumento de la película y del libreto de Buchwald eran muy similares. Buchwald ganó el pleito pero la Paramount afirmó que no debía de abonar ninguna cantidad a Buchwald porque la película no había obtenido beneficio neto ya que aparte de los gastos de producción, había más pagos en concepto de publicidad, etc. Esto no se lo creyó ni el papa. Según la Paramount con un presupuesto estipulado de 39 millones y recaudando más de 288 millones en taquilla no se pudieron conseguir beneficios.

La cagada de la Paramount fue inmensa (hasta hay un libro sobre este caso) ya que destapó una posible práctica en todas las majors sobre inflar sus presupuestos de producción para pagar menos “dinerillos” en concepto de derechos de autor. Lógicamente Buchwald ganó y la Paramount le pagó hasta el último centavo y así evitó no recibir un aluvión de guionistas y demás profesionales que quisieran analizar los presupuestos de anteriores películas para cobrar “retroactivamente”. Después de ese día las grandes compañías se miran los guiones con lupa y muchos de los libretos no solicitados acaban otra vez en manos de sus autores sin ser abiertos. Canguelo.



Lo curioso de todo el lío, es que el mérito del éxito del film no se debe a la historia de Murphy o de Buchwald sino a los guionistas David Sheffield y Barry W. Blaustein que fueron los culpables de todos los grandes gags que se muestran en el film. Estos escritores dominaban el arte de la comedia ya que trabajaron muchos años para el Saturday Night Live y coincidieron con Eddie Murphy cuando éste se hacía un nombre en la stand-up americana. (Stand-up=Monólogos en vivo)

BSO:



La banda sonora está realizada por el guitarrista Nile Rodgers que es famosete por formar parte del grupo Chic y cantar la canción Le Freak (1978). Sí, aquel tema que empezaba con un célebre ¡Freak Out¡ y que era idóneo para realizar tus mejores coreografías en la disco antes de que te echaran por ruin. Además Rodgers produjo el primer disco de Madonna y el Let’s Dance de David Bowie entre otros. Toda una eminencia. Landis le contrató porque dominaba el campo de la música clásica y este detalle le hacía mejor compositor que otros artistas de color (según el director).


La eléctrica coreografía del baile nupcial fue orquestada por Paula Abdul, célebre cantante de los 80 y 90 y que el público conocerá por su hit Opposites Attract donde aparecía bailando con un gato de dibujos animados.
Eddie Murphy y Arsenio Hall querían cantar la canción final pero no les dejaron. Por eso para sacarse esa espinita Eddie Murphy nos deleita en la película con una versión libre de la canción “To Be Loved” de Jackie Wilson recibiendo los insultos e improperios del vecindario en la escena.



Curiosidades:

Siento afirmar que el reino de Zamunda no existe y que en los créditos finales se jactan de ello, agradeciendo los permisos de rodaje que les proporcionaron la archifamosaThe Zamundan Film Comission”.

El actor Eriq La Salle que interpreta al novio de Lisa Mcdowell, lleva peluca en el film. Imposible que un humano lleve tal permanente.



En principio el origen del país se debe a una broma pactada del equipo técnico y el director Landis, para hacerlo más africano, le incluyó la N, quedando en Zamunda. Aunque otras teorías dicen que Zamunda proviene de un chiste de Richard Pryor o de un homenaje a un escritor llamado Bob Zmuda.

El hecho de que se encuentren animales en libertad por el palacio de Zamunda se inspira en el último emperador de Etiopía, Haile Selassie, que decían que conocía el lenguaje de los animales y por tal motivo tenía leones y otras bestias sueltas por sus aposentos.



El restaurante Mcdowells en realidad era un restaurante de comida italiana llamado Wendy’s pero este año 2013 ha sido (o será) demolido entristeciendo a gran parte del reparto que veía el local como emblema nostálgico de sus carreras.

Si hubiera un país parecido a Zamunda, este sería el reino de Suazilandia ubicado al sur de África y no es ni de lejos tan romántico como lo era Zamunda en el film. El 70 % de la población vive con menos de un euro mientras que el último monarca absolutista de África, Mswati III, se compró 32 BMW con el dinero de la ayuda internacional. Posee 14 esposas y cada año hace una selección de otra mujer mediante un baile.



Cuando nuestros protagonistas llegan al aeropuerto, por el megáfono se escucha un aviso conforme el señor Frank Oznowicz se ha de dirigir al teléfono blanco. Este Frank Oznowicz es el nombre completo del director del remake de la tienda de los Horrores y del doblaje de la VO de Yoda, Frank Oz.

Samuel L. Jackson aparece unos breves instantes atracando el restaurante de comida rápida y un joven Cuba Gooding Jr se deja ver por primera vez en el cine interpretando al cliente de la barbería. En realidad decía una frase pero se la cercenaron en el montaje final.



En una escena el personaje de Akeem, Eddie Murphy, deja una bolsa con dinero a dos mendigos. Estos vagabundos son los actores Don Ameche (Cocoon) y Ralph Bellamy que justamente quedaban arruinados en la anterior película de John Landis “Entre Pillos anda el Juego” y que también participaba Eddie Murphy. Tristemente los dos actores ya han fallecido.



En los créditos finales, aparece un personaje llamado “Extremely ugly girl” interpretado por Arsenio Hall aunque conozco gente que con tres JB’s en el cuerpo le daban un pase. También aparece realizando un cameo no acreditado el director Tobe Hooper (Poltergeist) y me permitiréis destacar tres cameos más bastante “friks”. El primero es interpretado por actor el Ruben Santiago-Hudson en el papel de vendedor ambulante y que es visto como jefe de comisaría en la serie Castle y no es Martin Lawrence como afirma la Wiki.es. El siguiente es Vondie Curtis-Hall que interpreta a un “zamundeño” que reconoce al príncipe Akeem en un campo de béisbol y es visto, más bien atollinado, en Jungla de Cristal II. Y el último es el hombre fitness Jake Steinfeld que actúa en el papel de conductor de taxi. En realidad dudo que la mayoría de lectores les suene este personaje pero yo me lo he tragado en muchas ocasiones por la TV, y siempre en estado de ebriedad y de madrugada, intentándome vender sus productos por la teletienda hará años A.



El actor Paul Bates, que hace de siervo regordete de Akeem, en el momento de la boda arranca con una canción totalmente improvisada que quedó tan bien que la dejaron como está.



Después del éxito de la película se intentó emitir una serie donde sólo repetía el actor Paul Bates pero no dispongo de más información y creo que se quedó la cosa en el episodio piloto. También se comentó de rodar una secuela protagonizada por Martin Lawrence llamada “Back to America” con la historia a la inversa. Lawrence vive en USA y se entera de que es miembro de la realeza de un país africano pero creo que el proyecto no llegó tampoco a buen puerto.



Cuentan en los extras del DVD que Murphy y Arsenio Hall salieron de fiesta dos horas y a la vuelta se trajeron al set de rodaje a toda la gente que habían conocido. No pasó nada destacable.

Siguiendo el cachondeo, en los créditos finales aparece “Face on cutting room floor” Jim Abrahams. Jim Abrahams es uno de los tres directores de Aterriza como puedas y Agárralo como Puedas y se supone que tendría una especie de cameo en el film pero que en la sala de montaje (cutting room floor) la eliminaron.

El actor James Earl Jones y la actriz Madge Sinclair que interpretan a los padres de Eddie Murphy siendo los reyes de Zamunda, también fueron los reyes de la selva poniendo la voz a Mufasa y a Sarabi respectivamente en la película de Walt Disney, el Rey León.


Nos vemos en el 2014!!


miércoles, 4 de diciembre de 2013

Misterios de Argail: El abandonado “Hotel Colonia Puig”. Hospital de sangre en la Guerra Civil.

Basado en hechos reales:


Reflexión:

Antes de soltar el rollo y explicar los entresijos de este lugar dejado a la mano de "God”, no quería dejarme sin apostillar que en cada salida intento nutrirme por la red sobre el pasado, presente y futuro del sitio a donde me voy a ensuciar los pantalones. Y en cada blog visitado se coincide que al ser un edificio bastante bien comunicado, el deterioro perpetrado por el humano es bastante notable. Detalle curioso es que en el comedor del hotel se encontraba un piano de aquella época; y lo más curioso es que en las fotos que habían realizado estos “bloggers”  sobre este instrumento musical, se puede observar como progresivamente el piano se va haciendo cada vez más pequeñito a causa del robo progresivo que ha sufrido el lugar. He señalado el piano como ejemplo, pero también se han agenciado del hotel: el cartel de la entrada, los porticones de las ventanas, sillas, mesas, váters, lavabos, armarios, las barandillas de las escaleras, teléfonos y hasta un cartelito de “No fumar” seguramente reciclado después de la ley.


Graffiti del lugar con cierta gracia "Red Rum"
Uno cuando visita estos inhóspitos emplazamientos llega a tolerar el hallazgo de todo tipo de graffitis con más o menos gracia o los bocetos preWashup tipo “tequieroJenny, tumorenito17”. También uno llega a asimilar el encontrarse por la zona restos de bebidas alcohólicas, ropas, profilácticos de sabores o mendigos que chocan contra una pared repetidamente como un videojuego 2D. No importa. Pero este tipo de hurtos antes mencionados no son perpetrados por estos jóvenes sino por otro colectivo que a su paso deja pruebas visibles y evidentes. Llegaron a tapiar las entradas delanteras con el fin de evitar el intrusismo masivo pero es que al día siguiente chorizaron hasta las “tapias”. Bueno… un chiste.


Restos de pelar cable de cobre en el lateral del hotel.
Esta afirmación no tiene tintes xenófobos, sólo faltaría, estoy en la montaña de Montserrat donde veneramos a una virgen negra (La Moreneta). Tampoco puedo negar que entre todos los objetos expuestos tenía el anhelo de hallar el piano pero en su lugar me encontré un mojón tan grande como el monte Fuji. Aún así, aparte de que el lugar es inmenso y lo hace muy atractivo, encontramos varios documentos bastante interesantes que como no se pueden vender, este colectivo me los dejó ahí para que yo les echara un vistazo.

Hacia el desértico “Hotel Colonia Puig”:

Después de viajar 127 paradas en transporte público, nos apeamos en el bonito pueblo de Monistrol de Montserrat, muy acogedor y territorio no esquivo al frío que provocaba que el simple gesto de ir orinar te abriera una grieta en los nudillos (real). Ante el esplendor del paisaje, me quedé con esta sorprendente imagen.


Aparato TDT adherido a una antena dirigida estratégicamente hacia el satélite.
Llegamos a un campo de fútbol y en el camino nos encontramos a un individuo cortando leña y con el rostro cubierto. El hombre dejó su hacha para observarnos y pensé que no íbamos a salir del pueblo, al menos con las dos piernas. Entre pisotones y empujones por el miedo al monistrolenco “Leatherface”, encauzamos la carretera BP1121 yendo al Sur, cuando debíamos ir hacia el norte. Perderse es una característica esencial del buen explorador.


Vista de Montserrat desde Monistrol.
Metiendo mano a las faldas de Montserrat y sin dejar de ver su enigmático Monasterio (sólo el monasterio, los alrededores  son como el Corte Inglés en Navidad), pasamos por debajo del turístico cremallera de Montserrat, que es una especie de “monorraíl de los Simpsons” que viaja desde la montaña hasta el pueblo (y viceversa) y que para no morir en el trayecto, la característica principal de estos trenes es que se incluye un tercer riel dentado en la vía.




Nos encontramos con cierto cartel del cremallera muy curioso y observamos que desde tiempos inmemoriales ha existido el llamado Guardabarreras y el perro de la casilla. Según citan, en un punto del trayecto, cuando pasaba el tren cremallera, el señor guardabarreras ordenaba a su can que se pusiera a dos patas y con este gesto arrancaba la ovación de los pasajeros. Como se observa en el cartel, se recogen las instantáneas de esta broma desde el 1898 hasta el 1960. Si uno se fija verá que a partir del año 1955 se vislumbra el tinte comercial del asunto con el “slogan” Licor Calisay en la plataforma del perro. 








Este licor Calisay era la típica bebida digestiva o mejor dicho aquella clásica bebida con el siguiente adjetivo calificativo: “esto es pa bajar”. No quiero dejarme que el licor Calisay fue un baluarte de Cataluña como lo es por ejemplo el Cacaolat y las dos bebidas fueron vendidas a Nueva Rumasa estando a punto de irse a la mierda. Así vamos. Y llegamos al Hotel!!



Historia del Hotel Colonia Puig:

El señor Puig adquiere el solar "Masia de la Creu" para construir el hotel alrededor del año 1912, lo que situamos su primera inauguración entre el 1912 y el 1918, y no en la década de los 30 como afirmaban algunos bloggers. ¿Y porqué hasta el 1918? Porque el famoso anarquista español Juan García Oliver cuenta en su “biopic” hecho en papel, titulado El Eco de sus pasos, que fue contratado de camarero en dicho hotel ese mismo año siendo esta anécdota una de las ínfimas muestras escritas que hay sobre este lugar. Añadir que este señor creó el grupo Los Solidarios que luchaba por el proletariado y se le adjudicaron varios asesinatos entre políticos y empresaUrios. 
Masia de la Creu.

Volviendo al dueño del hotel, se insinúa que el señor Puig era muy amiguete de Alejandro Lerroux que fue presidente de la 2ª República española durante un “largo” período de tiempo… un mes en el año 1933. Y se dice que la cúpula del partido republicano radical que Lerroux encabezaba ayudó a sufragar los gastos de la construcción del Hotel al Sr. Puig. Como se observa el desvío de fondos tiene muchos años.


El Hotel está situado delante del Monasterio de Sant Benet que está formado por una congregación de monjas de dos comunidades distintas (Sant Benet de Mataró i Santa Clara de Barcelona), y como pasa en todas las casas, estas monjas tienen enterradas en su monasterio a las creadoras de su orden. Welcome to the yuyu.
El Hotel Colonia Puig, que disfrutaba de tres pisos, se hizo muy popular por su tranquila ubicación y pronto se transformó en una posada de “alto copete” donde disponía de habitaciones a 3,50 pesetas y pensiones a 15 pesetas, lo que son ahora 0,09 € y que se ve que en aquella época era todo un pastizal. No dejan de ser curiosos los detalles del cartel como los cinco dígitos del número de teléfono o la posesión, por parte del hotel, de una flota de autocares marca Hispano Suiza que trasladaba a sus comensales.





Pero todo ese lujo cambió en el 1936 cuando estalló la guerra civil. El Hotel Colonia Puig pasa a manos del gobierno militar y se adecua para convertirlo en un hospital de sangre. El Hotel pasa de ser un emplazamiento de relax a transformarse en un hospital provisional repleto de heridos, amputados y combatientes a punto de fallecer. Pensad que los aviones Stukas alemanes prestados a los franquistas dieron mucha caña por aquella zona y el pueblo el cual hacía broma en el prólogo, Monistrol de Montserrat, el 25 de enero del 1939 fue destruido completamente a bombazos llevando a la muerte mucha población civil.



Uno de los ilustres heridos que sanó en este hotel “hospital” fue Alejandro Finisterre (1919-2007), el gran creador del futbolín. En Madrid quedó sepultado por un ataque franquista acabando gravemente herido; lo trasladaron a Valencia y viendo que necesitaba una estancia más larga por problemas respiratorios lo llevaron al Hotel Colonia Puig. Pasó su estancia ayudando a una enfermera a pasar las páginas de las partituras mientras esta tocaba el piano. Sí, aquel piano que hubiera encontrado si no hubiera sido destruido, quemado y vendido a algún chatarrero. Finisterre quedó cojo por las heridas y su pasión por el fútbol y el tenis de mesa, originó que en el mismo Hotel y con la ayuda de un carpintero de Monistrol de Montserrat, ideara el futbolín.



Al acabar la guerra, el hotel volvió a funcionar quedando constancia que en el 1955 se celebró un gran banquete para conmemorar el décimo aniversario de la marca de motocicletas “Montesa”, donde también se invitó a todo el personal de la empresa a visitar Montserrat pero a pie, sin moto.
La fecha de su clausura no es muy concreta ya que encontramos fuentes que señalan que el hotel cerró en el año 1968 y otras que aseguran que fue clausurado por la década de los 80. En mi búsqueda entre las heces de rata y demás roedores, encontré una especie de recibo que fechaba en 1989, motivo que sustenta la segunda teoría.



Dentro del Hotel:

Al llegar al hotel, sin poder identificarlo correctamente porque nuestros amigos se habían llevado hasta el cartel, empecé a observar por las ventanas desde el exterior. Por mis espaldas aprecié la presencia de dos guiris con tintes “perroflautas” que al percatarse de mi interés por el hotel, me preguntaron si iba a okupar el edificio, a lo que les respondí que sí, que los pisos estaban muy caros. La risa estúpida de las dos chicas respecto a mi imbécil respuesta fue la antesala a la trepidante incursión al hotel.
La entrada delantera era infranqueable por lo que tuvimos que entrar al recinto por los alrededores. Como veis en la siguiente instantánea las medidas de seguridad eran peligrosas, lástima que la puerta estaba abierta.



Aún así con la puerta abierta, decidimos entrar por una ventana que daba al comedor principal donde a lo alto se mostraba una especie de palco que seguramente estaba destinado a los personajes más ilustres. Actualmente, estoy seguro que ese palco conecta y te baja directamente al comedor como resultado del derrumbe.


Ahora
Antes


Bajando unas escaleras llegas a la inmensa cocina y dadas las dos aperturas donde se vislumbraba penumbra detrás de ellas, dejé mi hombría a un lado y fui a buscar a mis dos compañeros para que fueran delante de mí y así, si sucedía algo espantoso seguramente yo podría tener más tiempo para escapar. Supervivencia. Añadir que cuando entramos en el hotel nos armamos con el palo típico de trekking en lo alto por si había algún caminante por la zona ya que en las últimas fotos vistas, identificamos que podría pernoctar alguien dentro del recinto.


Seguimos por la cocina hasta llegar a los típicos estantes donde se guardaban los alimentos del restaurante; y en el vídeo se observa una botella vacía de Coca Cola que se me pasó por alto y no pude comprobar de que año era (seguro que era de ayer). Siguiendo el pasillo, pisando maderas caídas y siendo arañados por todo tipo de hierros en punta facilitando la entrada del tétanos, llegamos a un diáfano patio donde se podían observar los dos pisos de arriba, una especie de túnel y un agujero sin fondo que seguramente si dejabas caer una moneda a lo "El chico de oro" podrías encontrarla en el mismo suelo de Pekín.




Después de visitar el túnel que no tenía “ni chicha ni limoná”, recorrí los dos pisos donde antiguamente se situaban las lujosas habitaciones y que en algún momento fueron la última visión de aquellos soldados republicanos. En las instancias encontramos un par de sillas rotas de la época, un lavadero donde nuestras abuelas fregaban a mano y una chimenea. Sin duda yendo por los pisos superiores te juegas un poco el físico y como peses más de 70 kg, lo tienes un poco difícil; pero lo bueno estaba por esperar.


El túnel sin luz al fondo.

Aparecimos en una especie de patio donde nos topamos con una entrada minúscula que daba a un lúgubre y oscuro desván. Al no estar muy alto el lugar tuve que ir agazapado por el inmenso desván y usar la linterna. Me recorrí la estancia cagado de miedo por si en un enfoque de estos rápidos con la linterna veía algo extraño o me saltaba alguna cosa a la cara rollo “Alien”. Encontré las cartas de Menú de aquellos tiempos y hallé las antiguas cabeceras de cama hechas de madera que supongo que gracias a la poca maniobrabilidad del desván, los vándalos no pudieron llevárselas.





Me fui en solitario a grabar por los alrededores y en un golpe de viento (espero) giró de golpe uno de los porticones de las ventanas haciendo un ruido espantoso. Esto me propició un amago de infarto seguido de la típica sonrisilla de “aquí no ha pasado nada” y desembocó en un acelerón en mi paso. Al llegar otra vez al comedor nos pusimos a rebuscar en una pila de papeles a ver si encontrábamos algo interesante. Se localizó un par de postales de cuando el Papa Juan Pablo II visitó el monasterio de Montserrat en el 1982, sólo cuatro años después de ser Papa. También nos topamos con un recibo, la tarjeta típica de hotel con la habitación donde se indicaban los teléfonos 8350026 (restaurante) y 8350268 (Hotel) y una factura del 27 de junio de algún año de la década de los 70, donde el Sr. M. Rafa se gastó 1.026 pesetas en la habitación y 2.790 pesetas en el bar. Este seguro que iba a desconectar.




Pero lo más curioso es que encontramos un documento llamado “Impreso de Remesa” emitido por una empresa rara (y vigente) llamada Diners Club. Ese Impreso de remesa fueron las primeras tarjetas de crédito que se crearon inicialmente para que los norteamericanos pudieran gastarse la pasta en España y eran muy pocos los establecimientos que aceptaban este tipo de pago. Por este motivo se da entender que este hotel era bastante potente ya que tenías que tener una cierta confianza con el cliente cuando los servicios del hotel se pagaban a través de una tarjeta de cartón. He aquí el impreso y desconozco el año de emisión pero tiene que estar entre el 1954 y la década de los 80.



Dejando atrás el hotel y con la sensación de decepción ya que esperaba haber encontrado trolls, ovnis, psicofonías a tutiplén y expedientes Warren’s por la zona, seguimos por el norte hasta llegar al pueblo de Sant Cristòfol que según su censo habitan 48 personas. Nosotros vimos dos.
Lo que tiene noviembre es que oscurece pronto y otra vez nos volvió a coger la noche en medio de la carretera. Realmente es muy divertido el hecho de lanzarse hacia un lado de la carretera cuando ves venir a un coche; y más por el parque natural de Montserrat, donde lanzarse hacia un lado con la oscuridad prominente puede originar el riesgo de que te caigas 50 metros hacia abajo. Y ya por fin llegamos a la fantasmagórica estación de ferrocarriles de Castellbell i el Vilar. Una estación tétrica que disponía solamente de una vía, no se contemplaba ninguna persona en el andén y no había posibilidad de adquirir billete (si es que había alguna intención).




Aprovecho para agradecer a la joven de la parada de Martorell que en un acto de solidaridad y seguramente al ver el ridículo que hacíamos yendo de una máquina a otra, nos ofreció su tarjeta para que pudiéramos salir de la estación. En Cataluña si no pagas, estás atrapado.

PD: Las fotos actuales y el vídeo son de cosecha propia. Las fotografías viejunas son hurtadas por la web.


Hotel Colonia Puig en Montserrat from Soytutioargail on Vimeo.