Mi blog es indigno de perpetrar una crítica o reseña de aquella obra magna titulada Braveheart (1995) pero sí que sería un acierto escudriñar algún pasaje del film, como por ejemplo la gloriosa Batalla del Puente de Stirling. Para que nos pongamos en situación, es la batalla donde Wallace suelta su famoso discurso, la de las lanzas, la de la mayor exposición de traseros al aire en pantalla según los Récords Guinness.
La secuencia de la batalla
de Stirling es una de las más imponentes y más emblemáticas del celuloide. También
ya sé que hay un par de frames cachondos
en el que se ve un coche en escena pero es imperceptible para el ser humano
medio como un servidor.
Mi amigo Mel Gibson
tardó seis semanas en rodar esta secuencia utilizando nueve cámaras y empleando
2.000 extras. La mayoría de estos extras eran reservistas del ejército irlandés
que se cambiaban de bando según la escena. Además se rodaron 90 horas de
metraje sólo para esta secuencia, pero obviamente fue montada, cortada y editada para
nuestra salud.
A ver si lo véis |
Y es que la verdadera Batalla del Puente de Stirling sucedió realmente y tuvo su jarana o al menos a un servidor, le hizo mucha gracia como se desarrolló la estrategia de la batalla. Según como se mire puede resultar hasta cómica.
Todo el mundo sabe que en Braveheart, y como suele suceder en el 90% de las películas épicas,
hay un alto porcentaje de ficción, de leyenda; ya sea por vestuario, por falta
de información o porque la realidad de los hechos podría aburrir a las cabras al
transmitirse fidedignamente en pantalla.
Lo curioso del tema es que de la figura de William Wallace poco se sabe. En el siglo XVII, un barco que viajaba de Londres a Edimburgo y que contenía los relatos de la vida de William Wallace naufragó sospechosamente. ¿Algún sabotaje? ¿Algún cañonazo inglés sin querer? No se sabe. El documento más conocido de su existencia es un poema largo (escrito 172 años después de la muerte de William Wallace), titulado The Wallace y fue escrito por un juglar llamado Harry el ciego. Este juglar perjuraba que su trabajo provenía de un libro escrito por el capellán personal de Wallace, un tal John Blair. Sin embargo, muchos pasajes de su obra no han sucedido en la historia y el hecho de que fuera un juglar (se dedicaban a entretener a la corona) no daba muchas garantías de verosimilitud. Aparte el apodo “el ciego” personalmente no me añade más confianza.
Lo curioso del tema es que de la figura de William Wallace poco se sabe. En el siglo XVII, un barco que viajaba de Londres a Edimburgo y que contenía los relatos de la vida de William Wallace naufragó sospechosamente. ¿Algún sabotaje? ¿Algún cañonazo inglés sin querer? No se sabe. El documento más conocido de su existencia es un poema largo (escrito 172 años después de la muerte de William Wallace), titulado The Wallace y fue escrito por un juglar llamado Harry el ciego. Este juglar perjuraba que su trabajo provenía de un libro escrito por el capellán personal de Wallace, un tal John Blair. Sin embargo, muchos pasajes de su obra no han sucedido en la historia y el hecho de que fuera un juglar (se dedicaban a entretener a la corona) no daba muchas garantías de verosimilitud. Aparte el apodo “el ciego” personalmente no me añade más confianza.
William Wallace empezó
la revuelta contra los ingleses por el sur de Escocia, pero por el norte también se inició otra. Sí, existió
otra especie de Wallace norteño (Highlander) llamado Andrew de Moray y que la peli ignoró
vilmente. Si pusiéramos a volar nuestra imaginación, aspecto muy recomendable, podríamos
situar a este héroe en el personaje que interpreta Brendan Gleeson, (Harmish Campbell). La historia relata que Wallace y Moray se hicieron muy colegas pero que desgraciadamente Moray falleció por las heridas que sufrió
en la gran victoria de Stirling. En
la película Harmish Campbell sobrevive
a la muerte de Wallace.
Personalmente, pienso que si se hubieran unido por la causa Wallace, Moray y Robert the Bruce hubieran echado a los ingleses con más celeridad; pero según cuentan Wallace y Robert The Bruce, aun siendo coetáneos, nunca se conocieron. En la peli sí que se conocen y el personaje de Robert The Bruce no transmite una imagen muy digna, aspecto que la realidad difiere ya que The Bruce fue un gran guerrero, un magnífico estratega y rey de Escocia.
Brendan Gleeson, (Harmish Campbell) |
Personalmente, pienso que si se hubieran unido por la causa Wallace, Moray y Robert the Bruce hubieran echado a los ingleses con más celeridad; pero según cuentan Wallace y Robert The Bruce, aun siendo coetáneos, nunca se conocieron. En la peli sí que se conocen y el personaje de Robert The Bruce no transmite una imagen muy digna, aspecto que la realidad difiere ya que The Bruce fue un gran guerrero, un magnífico estratega y rey de Escocia.
Robert The Bruce (Angus Macfadyen) |
La Batalla:
Hugh de Cressingham (arriba) y John de Warenne (abajo). |
La zona de la batalla era pantanosa y la clave de la
victoria recaía sobre un puente situado sobre el río Forth que separaba el norte y el sur de Escocia. Era un punto estratégico clave si se quería dominar el
país. Este puente construido por los romanos en el año de la castaña estaba
formado por arcos de madera y en aquella época aquel material era caro y
escaso. Por tal razón se edificó muy estrecho y sólo podían cruzar dos jinetes
a la vez.
Ahí está el puente. |
Llega el momento de la batalla, El 11 de septiembre de 1297,
John de Warenne está tranquilo porque
piensa que tanto por negociación como “a leches” conseguirá la victoria sobre
los escoceses. Gracias a su experiencia militar, Warenne está convencido que el envío de poca caballería puede
dispersar a cientos de soldados de infantería. Además el ejército inglés cuenta
con 10.000 hombres mientras los escoceses, que no eran más que un conjunto de
clanes, sumaban apenas 2.300 hombres.
Separados por un frágil puente de madera se ven las caras Warenne y Cressingham por un extremo y Wallace y Moray por el otro. Al
principio de la batalla no hubo un discurso como el de Mel Gibson ni tampoco pintura azul en sus rostros pero se cuenta
que cuando aún sin comenzar el combate y con la derrota clara a simple vista, William Wallace surgió de la oscuridad
para liderar la batalla. Y es que Wallace
medía 1,95 cm por eso se cachondean en la película cuando a Mel Gibson le dicen que Wallace mide más de 2 metros. Gibson hace 1,77 cm.
Al principio de la batalla, y tal como sucede en la película correctamente, los ingleses van de sobrados y negocian con los escoceses para proclamar su rendición. En la batalla real se envían a dos frailes dominicos a negociar con el ejército escocés pero Wallace les espeta:
Al principio de la batalla, y tal como sucede en la película correctamente, los ingleses van de sobrados y negocian con los escoceses para proclamar su rendición. En la batalla real se envían a dos frailes dominicos a negociar con el ejército escocés pero Wallace les espeta:
“Díganle a su gente
que no vinimos en son de paz. Pelearemos para vengarnos y liberar nuestro país.
Que vengan cuando quieran y se lo demostraremos”
Ante tal vacilada, los ingleses se cabrean y empiezan a mover ficha. Pensaban que los escoceses seguirían el código de caballería inglés y dejarían cruzar por el puente a todos los guerreros ingleses y así comenzar la batalla. Craso error. William Wallace se debió partir el boniato desde la otra orilla.
Ante tal vacilada, los ingleses se cabrean y empiezan a mover ficha. Pensaban que los escoceses seguirían el código de caballería inglés y dejarían cruzar por el puente a todos los guerreros ingleses y así comenzar la batalla. Craso error. William Wallace se debió partir el boniato desde la otra orilla.
Uno de los traidores nobles escoceses, Richard Lundie, que se vio el percal, sugirió a los líderes
ingleses que si iban al puente, iban a morir y que mejor situara a la
caballería más arriba del río por si acaso. Sin embargo, Cressingham impaciente, exclama que ya se ha gastado mucha pasta
del rey en su guarnición y convence a Warenne
para que envíe toda la caballería para aplastar al ejército escocés.
Wallace deja pasar
por el puente a la caballería (100 hombres) y 2.000 soldados por una vía donde
sólo caben dos jinetes en fila. ¿La táctica de Wallace? Esperar. Dicen que tuvo que calmar a sus guerreros
sedientos de sangre para que esperaran y seguir la estrategia, tal y como
sucede en el film en el momento que alzan las largas lanzas. Cuando Wallace observó que había cruzado más de
la mitad del ejército inglés, bocinaron los cuernos escoceses y pequeños grupos
con lanzas de picas de hierro llamados schiltroms
bloquearon el extremo del puente enjaulando a los ingleses.
Los soldados ingleses, atrapados en terreno escocés, debían decidir cómo morir: o ser insertados por las lanzas, descuartizados por la infantería escocesa o intentar cruzar el río a nado con 60 kg de armadura. Muchos murieron ahogados por sus pesados trajes, como sucedió en la 2ª Guerra Mundial cuando muchos soldados aliados se ahogaron por llevar pesados equipos en el día D.
Los soldados ingleses, atrapados en terreno escocés, debían decidir cómo morir: o ser insertados por las lanzas, descuartizados por la infantería escocesa o intentar cruzar el río a nado con 60 kg de armadura. Muchos murieron ahogados por sus pesados trajes, como sucedió en la 2ª Guerra Mundial cuando muchos soldados aliados se ahogaron por llevar pesados equipos en el día D.
La batalla fue brutal y Warenne
y Cressingham vivían impotentes la masacre desde el otro extremo del puente.
Era la primera vez que unos lanceros derrotaban a jinetes y arqueros ingleses.
Ante tal humillación Warenne se puso
nervioso y muy inteligentemente envió refuerzos al puente haciendo que éste
cediera enviando al resto de su tropa a morir en las gélidas aguas del río Forth.
Finalmente John de Warenne escapa mientras Wallace y sus acólitos aniquilan al ejército rival abandonado a su suerte. En una hora llegan a matar más de la mitad del ejército inglés y aunque unas webs confirman y otras no muestran nada, al retirarse los soldados ingleses la mayoría fueron aniquilados por aquella pequeña horda de caballería escocesa escondida en la parte inglesa. Esa caballería que se ocultaba debajo del castillo de Stirling antes de empezar.
En mi búsqueda de información, se afirma que aquella batalla
fue una carnicería donde los cercenamientos y desmembramientos eran la tónica
del conflicto. Sin embargo la mayoría de muertos se daban a posteriori. Una
herida infectada o mal curada era mortal tal y cómo sucedió con el amigo de Wallace, Andrew de Moray. También se
afirma que al llevar armaduras pesadas y el uso de espadas tipo “claymore” como
la de Wallace que medía más de 1,65 m, dos soldados no podían estar en combate
más de un minuto sin descansar. ¿Os imagináis? “Espera un minuto tío, que me
siento un rato”.
Se podían tomar unas gordas mientras tanto en el pub William Wallace |