No puede haber sensación más melancólica que aquella en la
que uno se encuentra en frente de su habitación de adolescente. Aquel cuarto de
ca la mama en la que uno ha vivido
momentos de alegría y de pesadumbre, de enamoramientos y de calabazas. Sólo el inocente
hecho de mirar al suelo ya me retorna a momentos nostálgicos como el que viví en
aquella descomunal cogorza donde nada más entrar en mi habitáculo eché lo
bebido hacia el adoquinado. A la mañana siguiente me percaté que aquella zona
que había recibido el impacto de mi bilis se había borrado el color de las
baldosas como si el día anterior hubiera emanado sangre de Alien por mis fauces. Pero no hemos venido a hablar de mi libro sino
de mi álbum. Un álbum curioso encontrado en las entrañas de mis cajones muy al
estilo del sótano de los Goonies pero
sin mapa de Willy el Tuerto.
La década de los 80 y
90 fueron de cromos, del intercambio, de la permuta, del “tengui”, “falti”. Ahora este canje es llamado piratería o vulnerabilidad de la
propiedad intelectual a terceros. En aquella época quién tenía el monopolio en
esta índole era la marca Panini y la
realidad es que partían la pana. A día de hoy siguen firmando derechos
exclusivos con la FIFA para sus álbumes como por ejemplo el de la copa mundial
femenina (2015), toda una novedad. From behind the Panini, llegaban con
fuerza los álbumes de Aston Ediciones,
Cuscó y quizás Merlin Collections; y
cuando la moda se instauró gracias a los monederos de nuestros progenitores, el
mercado aprovechó el tirón y hasta Danone,
Matutano entre otras marcas sacaron álbumes de todo tipo. Todo esto según mi cajón,
seguro que me dejo algún dato.
El primer documento que ha surgido de mi sabio cajón ha sido
el álbum de la Mansión del Terror,
muy bien conservado pero incompleto, seguramente apartado de mi interés de crío
por la crudeza de sus adhesivos y porque se hacían la picha un lío con los
géneros que contenía dicho álbum.
El álbum fue editado por la empresa catalana Aston de Ediciones, SA en el año 1990, a
lo que yo me hallaba con sólo 8 años. Según las webs de 2ª mano, el álbum vacío
tiene un precio que oscila entre los 4,75 € y 20 €. Y el álbum completo se tasaba
en 36 €, pero el único visto ya está vendido, y en vista de su posible extinción se
empiezan a vender los incompletos a 40 €. O sea que por el mío recibiría 40 “europeos” pero no se moverá de mis
fauces.
Aston ofertaba que pudieras pedir hasta 8 cromos del álbum a un módico precio de 10 pesetas cada uno. Eso sí, 50 pesetas los gastos de envío. Seguramente la frase “es que me cuestan más los portes que el artículo” surgiera de estos chanchullos de antaño. Según mis datos, la empresa Aston con sede en Esplugues del Llobregat ya ha desaparecido o como reza la fuente entre paréntesis, está “extinguida”.
Ahí está Elvira, en la puntita, superior derecha. |
La Mansión del Terror
es el segundo álbum (la secuela) de otro anterior llamado Efectos Especiales que también obra en
mi poder pero que por cuestiones de orden, comenzaré por esta segunda parte.
Obviamente un álbum nacido en 1990 contiene un repertorio de
imágenes de películas procedentes de mi adorada década de los 80, lo que hace
que esta encuadernación sea un digno documento de lo más cojonudo. Se muestran
imágenes que no se basan estrictamente en el género del terror sino que vemos
cromos de pelis como el Laberinto (1986),
Mi amigo Mac (1988), Masters del Universo (1987), Bitelchús (1988) y hasta
Cyborg (1989) del maestro Van Damme.
Lo que implica el hacerse la picha un lío en cuestión de géneros ya que toca la
ciencia ficción, fantasía, acción y algunos más que no dan buen pie al título
del álbum.
El malote de Cyborg, Saurod de Masters del Universo y la cabeza de Baldwin en Bitelchús. |
Virtudes y defectos:
Lo mejor del álbum son las imágenes de los cromos,
explícitas, terroríficas y sugerentes. Varios adhesivos daban auténtico terror:
malformaciones, cabezas cercenadas o heridas con muy mala pinta. Seguro que os
acordáis de este primero. Qué “grimaldi”
daba…
Robocop, el primer cromo |
Y también el álbum tenía la original idea de poder seguir
una historia mientras lo ojeabas. Dependiendo de los cromos que tenías
enganchados en cada hoja ibas saltando de una página a otra siguiendo el cuento. A parte cada plana tenía su título: el
desván de las máscaras, biblioteca satánica, sala de torturas, etc. Y el juego
consistía por ejemplo...
Sin embargo, el pobre álbum contaba con notables defectos
empezando por su colorida portada. Se le ve poco esmero en un boceto con buena
idea (ya que se trata de una mansión) pero con un coloreado muy saturado, colores
demasiado vivos, que cantan como una almeja, vamos…
Otro fallo es que se echa de menos un listado de las
películas que se reflejan en el álbum ya que debajo de cada cromo vemos en tono
de humor negro chascarrillos como “Lengualarga”,
“Cabeza colgante del guardajamones”, “Pelucón butifarrero” o “No empujen que ya
cabemos”, éste concretamente es en referencia a un cromo donde se ve una
alimaña lamiendo la cara de una pobre mujer.
Para colmo el álbum contiene un
cromo donde aparece Van Damme y
debajo cita: Arnold el cortajamón. No
se sabe si es una frase hecha o que han confundido al belga con Schwarzenegger.
También se repiten imágenes de diferentes escenas de la
misma película como por ejemplo de Bitelchús. De esta cinta existen 6 adhesivos en diferentes páginas y en una ocasión hasta se repite la misma
imagen.
Pero sin duda si hay un adhesivo que me ha esbozado una
sonrisa, éste ha sido uno visto en la sección llamada “Un Pasadizo Secreto lleno de asesinos”. En dicha página se observa
con el título de “musculoso rojo” a Van Damme en la película Kick Boxer. El belga es catalogado como
asesino y no sé sabe si dicha película podría ser catalogada como terror. Si hubiera
sido un servidor hubiera escogido en su lugar al antagonista de Kick Boxer, Tong Po, que ese sí que daba miedo.
En conclusión, la confección del álbum se ha hecho con
prisas y con un poco de ignorancia supina. Da la sensación que el primer álbum “Efectos especiales” obtuvo tal éxito que se mandó hacer deprisa y corriendo este “álbum secuela” como si estuviéramos hablando
de lo que sucede en el cine de nuestra época. Y no me extrañaría que se hubieran
ahorrado el identificar cada cromo con su película por la misma razón.
Sin
embargo, quitando la variedad de géneros, las imágenes de los
adhesivos están bien seleccionadas y se reflejan en los cromos las mejores escenas de
sus respectivas pelis. La verdad que me tiene un poco loco saber qué criterios se
han escogido para la elaboración del álbum pero aquí está formando parte de
nuestra infancia.
Están vivos! el segundo cromo de la derecha. |
Hasta la peli Brazil, el tercer cromo de la derecha, |
Las fotos del álbum son de ca la
mama pero sí tenéis interés en verlo completo en este blog lo encontraréis. No he
querido robar fotos, que es feo…
Me piro a la playa. |
Un abrazo.