Sinopsis:
La ciudad vive una terrible sequía donde el agua es un bien "en extinción" y sólo permanece al alcance de los más adinerados. El gobierno estimula e incentiva que se consuma sandía como sucedáneo, promulgando a diestro y siniestro sus diversos beneficios por televisión. Aun así la población se las ingenia para conseguir agua de la forma más extraña, como el personaje femenino Shiang-chyi que sustrae agua de los aseos públicos o como Hsiao-kang, nuestro actor dedicado al porno, que aprovecha el agua estancada de los depósitos de los edificios para darse un baño. Un día nuestros protagonistas rompen con su eterna soledad y sus caminos se encuentran brotando un amor especial entre ellos; pero aún no se atreven a materializar tal sentimiento.
Reflexión “gafapastil”:
Este film será mi
primer (y espero último) experimento “hipsteriano” a “bloguear”. Mi instinto
más primitivo se vio atraído por esta cinta gracias a su título, su carátula y
su sinopsis pero el resultado de esta experiencia ha sido realmente
estremecedor. Una definición no muy alejada de la realidad sería que el Sabor
de la Sandía es una handjob mental asiática venerada y asqueada a partes
iguales.
El año pasado ya sufrí en mis carnes otro visionado “indie” con la película Gummo (1997) de Harmony Korine, el director de Spring Breakers, que me ayudó personalmente a afrontar este tipo de cintas y darme la suficiente paciencia para poder contemplar sin pestañear escenas como que una chica se depile el entrecejo durante 10 minutos de reloj (escena de Gummo). Sin duda, lo raro atrae y la paja mental fílmica posee una legión de adeptos y seguidores que el hombre o mujer de a pie no puede llegar a comprender. Un gran defensor de este film en Filmaffinity citaba que el resto de espectadores que la critican (negativamente) no están preparados para las nuevas estructuras cinematográficas y las grandes obras son sólo para unos pocos.
El año pasado ya sufrí en mis carnes otro visionado “indie” con la película Gummo (1997) de Harmony Korine, el director de Spring Breakers, que me ayudó personalmente a afrontar este tipo de cintas y darme la suficiente paciencia para poder contemplar sin pestañear escenas como que una chica se depile el entrecejo durante 10 minutos de reloj (escena de Gummo). Sin duda, lo raro atrae y la paja mental fílmica posee una legión de adeptos y seguidores que el hombre o mujer de a pie no puede llegar a comprender. Un gran defensor de este film en Filmaffinity citaba que el resto de espectadores que la critican (negativamente) no están preparados para las nuevas estructuras cinematográficas y las grandes obras son sólo para unos pocos.
En pocas palabras, el
espectador estándar no sabe y ha de morir.
Será que uno está
demasiado “americanizado” o que vivo aferrado al típico guión con estructura
clásica: Planteamiento, nudo y desenlace (sin desordenar). Otra experiencia
divertida fue cuando me aconsejaron Mulholland Drive del colega Lynch ya que me
afirmaban que no me iba a dejar indiferente. Acertaron. Me pregunté a mi mismo
en forma de bocadillo pensante que era aquella mierda que todo el mundo
veneraba y nunca pude vociferar ese análisis porque sabías que te iban a despellejar vivo a lo Martyrs. Analizando ese film en
concreto uno se da cuenta que no deja de tener un guión clásico representado desordenadamente pero eso tampoco
quita que la cinta sea más rara que un restaurante chino con terraza. Uno
reflexiona e intenta entender las nuevas tendencias pero en mi pensamiento sólo
se origina un axioma, una verdad irrefutable y es que yo soy más de la Cannon.
La peli:
El sabor de la sandía es
una horrible comedia erótica considerada por muchos individuos con pantalón de
pana, como una gran película de culto. Esta oda taiwanesa al surrealismo más
voraz podría haberse titulado el sabor de la sandez pero no deja de ser una
cinta original y hará las delicias de aquellos consumidores de contenido visual
que se deleiten con cintas como la gran el Perro Mongol doblada
al iraní.
El film cuenta con un
inicio prometedor donde una mujer desnuda se coloca medía sandía entre sus
piernas mientras por la derecha del plano aparece el protagonista masculino
falto de postre. Nuestro protagonista empieza a lamer la sandía con fruición y a introducir los
dedos en la fruta consiguiendo que la fémina gima de placer. Obviamente la
sandía queda mal trecha y la pareja acaba impregnada del escandaloso zumo que
ha fluido del melón de agua. No contento con ello, el protagonista masculino va
introduciendo los trozos de fruta en la boca de la mujer a lo que finaliza la
escena con el fornicio de toda la vida, con la particularidad de que él se ha acomodado en su testa
media cáscara de sandía.
Sin duda, estaríamos
hablando de un film softcore (porno blando) ya que se visualizan actos
sexuales, onanismos varios y raros y un par o tres de facials cums, con uno de
ellos en la conclusión de la película, realmente espectacular. Ese final consta de una brutal deep throat donde un servidor inexperto ve en aquella escena una
violación oral y sin avisar en toda regla mientras otro público con la misma escena contempla una declaración de amor prohibido entre los protagonistas.
En ese inicio prometedor,
también aparece nuestra protagonista femenina delante de un televisor. El audio
del aparato nos introducirá en la historia y nos explicará que hay una sequía
de gran magnitud y que se privará a la población de agua corriente. La sandía
es la solución. También es curioso como el gobierno estimula el uso de la
sandía como medio de comunicación. Si ofreces una sandía pequeña y amarilla a
otra persona es que sólo sois amigos pero si es una sandía grande y roja,
aquella noche mojas. Pronto me veo entregando lombardas para realizar cópulas.
Hasta ese punto, la
curiosidad invade al espectador y se deja llevar por la paranoia del argumento
pero toda esa originalidad se rompe como una sandía golpeando al suelo cuando
la película avanza hacia lo cutre. La cinta empieza a abarcar una sucesión de
escenas hilarantes sin ningún sentido contando con sólo dos diálogos de dos frases en todo el film.
Tanto las escenas surrealistas
como la metodología de su director al rodar, llegan a exasperar hasta a un muerto como aquella secuencia
musical donde él lleva un gorro en forma de pene o el uso de interminables
planos fijos con la cámara colocada en pasillos, ventanas o cajas y sin que
suceda absolutamente nada; o aquellos planos a pies y sombras. Su director
Tsai Ming-Liang se jacta que en su filmografía nunca ha usado guión ni
storyboards ni ná (pa qué) y si uno visiona el Sabor de la Sandía verá que esta
afirmación es lo único lógico de la película.
Pero hay un lado poético
de la cuestión, muchos entendidos ven en el argumento
ideas tan eclécticas como la horrible soledad, la desgana del individuo en el
sistema, una sociedad demasiado dependiente del sexo; hasta alcanzar teorías
como que la lágrima de la protagonista en la escena final simboliza el fin de
la sequía o que cuando el personaje masculino introduce su pene hasta el esófago
de la mujer nos transmite el despertar del amor entre ambos.
En conclusión, el Sabor
de la Sandía es un film experimental y pretencioso que consigue colmar al
espectador de un aburrimiento exacerbado. Sin embargo el apoyo de la crítica y
los diversos premios que ha recibido la han elevado a un culto incomprendido secundada
por un público igual de incomprendido. Quizás para revistas como Cahiers du
Cinema o cinéfilos que pueden ver en un bidé y una esponja una trágica historia
de amor puedan disfrutar de esta película pero para un público empírico y
soñador sin llegar a cotas ridículas, les será más entretenido ver un
entrenamiento de la selección de Turkmenistán.
Curiosidades:
En la habitación de la
chica se puede observar un póster de la película Papillon (1973) de Steve
McQueen y Dustin Hoffman.
Curiosamente en el DVD sólo está doblada en los idiomas castellano, catalán y chino. ¿Where is el inglés de toda la vida? No lo necesito tampoco, es para llenar.
Curiosamente en el DVD sólo está doblada en los idiomas castellano, catalán y chino. ¿Where is el inglés de toda la vida? No lo necesito tampoco, es para llenar.
Obtuvo premios en el
festival de Berlín… sí Alemania, aquel país donde realizan clásicos como el Perro
Mongol y también ganó el premio a mejor actor, premio de la crítica y el premio
especial del jurado en el festival de Sitges del 2005.
Dicen que hubo
espectadores del festival de Berlín que se levantaron de sus butacas en el
momento de la escena final.
La estatua con la que se
rozan unas bailarinas en uno de los sketchs musicales corresponde a la estatua
de Chiang Ka-Shek que fue otro chino colgado de la vida que gobernó Taiwan con
mano de hierro durante 25 años.
Para más inri, uno de los dos únicos diálogos que aparecen en el film es cuando la chica le dice a la estrella porno - ¿Aún vendes relojes? Esta idiotez que el espectador no puede entender en el film proviene de otra película del mismo director titulada ¿Qué hora es allá? Donde aparecían los mismos actores y él le vendía un reloj a ella. Aún así el Sabor de la sandía no es una secuela de ¿Qué hora es allá?
El título original de
este film es Una Nube al Borde del Cielo. Si queréis saber el nombre original
en taiwanés solamente dejar caer una moneda por una alcantarilla y escuchar su sonido.
Un abrazo,
PD: ¿Tenéis alguna peli
paranoica que no aconsejaríais ni a vuestro peor enemigo?