domingo, 23 de julio de 2017

Casos aislados de belleza interior en el cine. Mujeres bellas con auténticos/as trolls.



Nosotros, los guapos, hemos visto casos de discriminación positiva sexual que hemos tenido que asumir por imposición o por azar. Se define discriminación positiva sexual cuando uno/a de los amantes es considerado/a difícil de ver en comparación a su pareja. Cuántas veces nos hemos preguntado como ella puede estar con ese Trasgo del mundo de Tolkien o como él puede estar con esa Ecce Homo. Incontables veces.

Cuando era más joven…  que ahora, inventé un sistema métrico sociológico llamado “mi barómetro”. Dicha ciencia exacta, consistía en valorar si la magnificencia física de uno de los componentes de la pareja era simétrica a la restante. En resumen, si consideraba que la chica o el chico era proveniente de los subterráneos de Mordor y si esa persona era digna de merecer ese pibón como cónyuge. Recuerdo grandes discusiones en noches de taberna sobre este tema. Actualmente ya no se puede conversar sobre estos asuntos porque lo “políticamente correcto” acecha y se sodomiza nuestra opinión. Pero yo aún vivo en los 90.


Como decía Rutger Hauer en Blade Runner: “Yo he visto cosas que vosotros no creeríais” y sí; existen parejas de amor que nos cuesta creer y que llegamos a ver hasta con un ápice de injusticia. Pero por suerte, el amor no tiene sexo ni edad ni religión ni apariencia física y hay que comprenderlo como tal, pero ahora toca ser malotes y es mi obligación exponer una serie de parejas que han sido patrocinadas por la cinta Un monstruo viene a verme (2016).
Como buen caballero, empezaremos por las damas.  

Jennifer Love Hewitt y Jamie Kennedy (2009-2010). 


Aún recuerdo el papel de Jennifer Love Hewitt en las Seductoras y de esas apariciones tan sugerentes en la serie The Client List. Es más, si yo fuera el muerto de un capítulo de Entre Fantasmas y la única persona que me ve, es Jennifer Love Hewitt, iba a ir su padre el tuerto hacia la luz. Justamente, en esta serie conoció a un extraño Jamie Kennedy que cautivó a nuestra tejana actriz con sus inexplicables encantos.


Salma Hayek y François-Henri Pinault (2009-…). 


Ella tiene 50 años y él posee 55, pero él parece que tenga la misma edad que el tío de los cuentos de la Cripta. En cambio, la mejicana posee un cuerpo de escándalo que ha ido conservando en barrica de roble, libre de agentes externos que provoquen algún tipo de corrosión. No se puede entender tal relación porque aunque él esté forrado hasta las trancas dudo que ella viva en insalubridad. Lo que se discierne que estamos ante un claro caso de amor verdadero. Seguro que sí.


Christina Hendricks y Geoffrey Arend (2009-…).



Uno de los casos más duros de escribir. Me tiembla el pulso. Parece que hubo un cataclismo en el 2009 en temas maritales (veáse Salma Hayek). Esta pareja, aparece en todos los rankings de lo “inexplicable”, “injusticia”, “imposible” y del “por qué, señor”. Christina no ha tenido suerte en la gran pantalla, sólo apareció con cierta “visibilidad” en la película Drive (2011) con un papel breve y aséptico. Sin embargo, en la serie Mad Men nos enseñó lo importante que es la curva y la turgencia. Por cierto, su pareja, Geoffrey Arend es actor y lo vimos por ejemplo, en la Trampa del Mal. Este hombre es la prueba viviente de lo importante que es estar en el sitio y en la hora adecuada.


Lisa Marie Smith y Tim Burton (1992-2001). 


Hay gente que conoce a su pareja a través de aplicaciones sociales o paseando al perro pero estos dos artistas congeniaron sentimentalmente por tener una experiencia Ovni similar. Lisa Marie es una actriz y modelo conocida por aparecer en las películas del señor Burton, como lo hizo en Mars Attack (la extraterrestre que seduce a Martin Short para entrar en la Casa Blanca) o en Sleepy Hollow donde se mostraba realmente exuberante. Sin embargo, cuando se abrió la veda fue en Ed Wood, donde interpretaba a esa especie de Elvira, Dama de la Oscuridad que ya acabó por encender el alfarero que hay en mí.




Álex de la Iglesia y Carolina Bang (2014-....).


Esto no sólo sucede en Hollywood. En nuestro territorio patrio también aparecen irregularidades sorprendentes como es la relación entre el director de Balada triste de trompeta y Carolina Bang. 20 años y 30 cm de altura separan a la pareja y en dos años de relación ya han procreado una hermosa hija. Ella está para ponerle un piso y él para que le envíen la carta de desahucio. Es broma. Claro ejemplo de que el atractivo es subjetivo y personal. A qué sí. 









Elizabeth Banks y Max Handelman (2003-…). 



Elizabeth Banks posee un rostro disyuntivo entre lo angelical y lo pérfido y esa duda, mata. Mata de amor. La vi fantástica, embutida en ese vestido amarillo en esa cosa llamada Vaya resaca (2014) y como soy un enfermo, me daba un no sé qué cuando la veía disfrazada de maruja pin-up en los Juegos del Hambre. Está emparejada con un novio de la universidad llamado Max Handelman que nos demuestra lo importante que es realizar estudios superiores.


Malin Akerman y Roberto Zincone (2007-2013). 



Tengo a Malin Akerman tatuada en el cerebro dentro de su ceñido y entallado traje amarillo y negro de la película Watchmen (2009). No me explico como la sueca actriz pudo entablar una relación con un hombre de estatura similar a Gimli y poseedor de una fantástica cresta gallinácea. Pero todo tiene su explicación. Ella era la cantante y él era el batería del mismo grupo musical de juventud y ya los opiáceos hicieron el resto.




Catherine Zeta- Jones y Michael Douglas (2000-…). 



Ella tenía 30 años y él 55 cuando nos demostraron que el amor no entiende de edades. Todos sabemos que en su juventud, el señor Douglas estaba para empotrarlo pero en el momento del inicio de la relación con la británica actriz, él empezaba a envejecer aceleradamente mientras ella se mostraba impávida ante el paso de los años. No cabe decir que toda esta referencia la sitúo antes del 2010 que fue el año que le diagnosticaron a nuestro querido Michael esa grave enfermedad. Esperemos que se mejore pronto porque queremos un remake de Black Rain.


Scarlett Johansson y Romain Dauriac (2014-2017). 



¿A qué estamos jugando? Me pregunto. Mi barómetro va a reventar. Scarlett es, sin querer, un icono sexual de este nuevo siglo y esos ojos, esos labios y el resto de su anatomía dan veracidad a tal título. Quién no recuerda ese vestido rojo con ese escote en los Globos de Oro de 2006. Sí, en los globos de oro. Chiste fácil. Esta encantadora mujer ya carga con dos divorcios a sus 32 años y se prevé que caerá algún otro más. Después de divorciarse del potente Ryan Reynolds, apagó su llama con un tal Dauriac, que no era más que un hipster, con un aire a Jon Bernthal y con una suerte que no se la creía ni él. La relación acabó y ahora ella quiere mi "wasap".



Sarah Paulson y Holland Taylor (2015-…). 



El amor no entiende de sexo ni de edades pero da mucha rabia. Con una diferencia de 31 años (¡vámonos!), la encantadora Sarah Paulson de American Horror Story y la actriz que interpretaba a la madre de la serie Dos hombres y Medio, iniciaron un tórrido romance. Paulson posee una imagen muy achuchable e inocente pero comprobamos que ella es más de potajes de la abuela. Les deseo lo mejor.










Rosario Dawson y Danny Boyle (2013). 



Rosario Dawson me produce simpatía, me gusta cómo interpreta y tiene dos pechos confeccionados por el mejor alfarero del planeta. Danny Boyle es uno de los mejores directores del mundo pero su relación temporal con la señora de ébano es uno de los mejores regalos que se habrá podido llevar en su carrera personal. Los 22 años de diferencia entre la pareja no eran una pequeña muesca sino un gigantesco cenote que nadie se podía explicar. Gracias a los dos por volver al territorio más grande del mundo, la friendzone.




Ya sabéis, nunca os infravaloréis. Un abrazo, majos y majas.