jueves, 6 de mayo de 2021

El origen y el álbum “Las Tortugas Ninja” de Panini.



Gracias a la compra de cromos por parte de familiares y conocidos, conseguí completar esta maravilla de álbum basado en la serie de dibujos animados de las Tortugas Ninja. En la década de los 90 mis ingresos iban destinados a Phoskitos y poco más.

Me imagino a los creadores de las Tortugas Ninja, Kevin Eastman y Peter Laird, intentando vender sus quelonios antropomórficos que dominan el arte del ninjitsu a grandes editoriales. La partida de caja y la mofa inicial seguro que fueron épicas. Actualmente, no sería nada descabellado ofrecer unos personajes de tal calibre a grandes productoras, viendo el éxito de series como Bob Esponja y sus colegas, Calamardo y Patricio.

Tal y como explica el documental de Nerdflix, The Toys That Made Us, los fundadores de las tortugas Ninja se conocieron en un supermercado y cuando Kevin vio un póster de su ídolo Jack Kirby en la pared de su compañero, se hicieron inseparables. Fundaron Mirage Studios en 1983, una editorial independiente con sede en un salón. La misma editorial que refleja el álbum que sostengo entre mis manos.

El comienzo del poder tortuga se originó a raíz del intento de venta de un personaje robótico llamado Fugitoid y que salió rana (o tortuga). Kevin Eastman, del cachondeo del fracaso, dibujó una tortuga con antifaz y un nunchaku para que su compañero esbozara una sonrisa. Entonces, su compañero, Peter Laird, le siguió la broma y amplió el escuadrón "tortuguil". Mediante esta información, podríamos afirmar que Michelangelo fue la primera tortuga ninja de la historia. Pensaron que sería buena idea y autopublicaron su primer cómic de las Tortugas Ninjas en un tono adulto y oscuro. Y el resto es historia (y franquicia). Llegó el éxito.

Obviamente, si querían llegar a un público más amplio deberían potenciar más el humor y la diversión en sus historias con el objetivo de llegar al público infantil. Este cambio de matiz, permitiría crear una línea de juguetes y lanzar una serie de dibujos animados para todos los públicos. Lo que viene siendo pasar de Zack Snyder a Joss Whedon.

Este cambio de tono en sus historias no evitó que fueran rechazados por Mattel entre otras empresas de renombre. Sin embargo, la empresa de juguetes de Hong Kong, Playmates, apostó por las tortugas e invirtió un millón y medio de dólares para crear una miniserie de cinco episodios con el fin de sacar una línea de juguetes. Se contrató a la empresa MWSinc con el showrunner, David Wise, que había trabajado para capítulos de He-Man y Transformers. Se adjudicó a las tortugas un color y una personalidad para que el niño se identificara con el carácter de una de ellas.

También, se solicitó al célebre Chuck Lorre, que en aquella época era más humilde (y más pobre), y compuso el tema principal. Un opening que no podemos negar que es muy molón. En 1987, se emite la serie de dibujos animados con los juguetes sin acabar y el resto vuelve a ser historia (y franquicia otra vez). ToysRus distribuye los juguetes de las Tortugas Ninja y en 1990 lo petan con la película invirtiendo 13 millones de dólares y ganando más de 200 millones de dólares. Un señor pastizal.

Como curiosidad, en el primer boceto de las tortugas ninja disponían de cola pero al observar la figura de frente parecía que se les asomaba “el cowabunga” y no era muy pudoroso. Fue cercenada en la edición final.

El álbum de Panini.

El álbum se compone de 32 páginas y consta de 252 cromos más un póster muy chulo con pegatinas plateadas de los villanos de la serie. Se puede ver a Shredder (Trinxant), Bebop, Rocksteady (Rocamassissa), los soldados de clan del pie o aquel aborto llamado Krang de la dimensión X que tiene un aire al enano de Mad Max: En la cúpula del trueno. También aparece una abuela con metralleta que me tiene bastante loco ya que no he podido situar en el álbum.

En mi juventud, fui muy fan de estos héroes de medio caparazón y adquirí diversas figuras y vehículos. Dispongo de vagos recuerdos de la primera película y todos ellos con cariño. En breve, adquiriré la trilogía de los 90 que es uno de mis deseos a corto plazo (actualización: en breve digo, que optimismo). El álbum costaba 95 pesetas y en su primera página se observan a nuestros héroes y al maestro Splinter (Estellicó) en formato cromo “galvanizado” que molaba mucho.

Analizando el álbum reconozco palabras realmente prodigiosas como April es algo melindrosa, “substancia mutógena” (este último palabro, a priori ni existe), la grupa del dinosaurio o como a la quinta tortuga le baila el nombre entre Zach y Zack. Reconozco que soy un poco tocapelotas con ese tipo de detalles pero en productos destinados a colecciones, se supone que han pasado por varios correctores y me pone un poco enfermo. Me reflejan dejadez, excesiva rapidez por cumplir plazos o que los textos vienen de alguna traducción del esperanto. Un poquito de amor, por favor.


El álbum está basado en la serie de dibujos animados y sus cromos representan frames de capítulos que van desde la primera a la tercera temporada. Me constan siete episodios que se emitieron entre el 1987 y el 1989:

  • Tras la pista de las tortugas: Episodio 1 de la primera temporada. Título original: Huellas de tortuga.

Aparece la reportera April O’ Neal que provisionalmente será la única aliada que tienen las tortugas fuera de las alcantarillas. April investiga un hurto de un material científico perpetrado por guerreros ninja pero en el transcurso del caso, unos punks sexagenarios la acorralan (dos de estos punks mutarán en Bebop y Rocksteady).

April es salvada por nuestros quelonios antropomórficos y conoce al maestro Splinter (antes llamado Hamato Yoshi). Splinter da la chapa a April sobre cómo fue desterrado de su dojo por una argucia de su rival. El maestro le recita cómo pasó de vivir con lujos en Japón a entrenar ratas y tortugas en las alcantarillas de Nueva York. Hasta que algún desaprensivo roció un potente mutágeno (mutógeno según el álbum) y las tortugas se transformaron en casi humanos. A Splinter, ese líquido compuesto de uranio y detritus, le salpicó mientras acariciaba un roedor y por eso ofrece esa apolínea cara de rata. Nombró a las tortugas como a los artistas que admiraba: Leonardo, Donatello, Rafaello (Raphael) y Michelangelo. Y el resto es historia (y franquicia).




  • La invasión  de las ranas punk. Episodio 8 de la segunda temporada. Título original: La invasión de las ranas novatas.

Enfrentamiento épico entre ranas vestidas con un outfit hawaiano y nuestras tortugas. Hay un giro dramático de guión en su conclusión.


  • Irma se hace notar. Episodio 3 de la tercera temporada. Título original: Irma se convierte en gigante.

Aparición estelar del personaje de Irma (que no Inma), amiga de April, y que en este episodio es declarada peligro nacional por un tema de rayos ultravioleta. Personaje recurrente en futuros capítulos y que en un par de ellos la dejan como una busca maridos con necesidades insatisfechas.

 

  • La quinta tortuga. Episodio 8 de la tercera temporada. Título original: La quinta tortuga.

¡La quinta tortuga! Interpretado por el clásico fan repelente que se viste con una tapa de cubo como caparazón y se cree algo.


  • Verde de celos. Episodio 21 de la tercera temporada. Título original: Celos verdes.

Nuestros villanos inoculan drogas de amor en pizzas y convierten a las tortugas en vulnerables objetivos. Menos mal que Donatello estaba indispuesto y al no ingerir tal po(R)ción, consigue averiguar el plan de Shredder y revertir el conjuro sentimental del resto de tortugas.


  • Tortugas en el centro de la tierra. Episodio 10 de la tercera temporada. Título original: Tortugas en el núcleo de la tierra.

Nuestros villanos abren un portal al mundo primitivo enviando un diplodocus a la ciudad.


  • Los cuatro mosqueteros. Episodio 16 de la tercera temporada. Título original: Las cuatro mosquetortugas. Por Alejandro Tortumas. 

Maravilloso ese adhesivo con Krang y sus padres viviendo tiempos felices en la Dimension X. La verdad que aflora cierta lástima por el engendro.



¡Cowabunga! Y se despide el señor Repe. Un abrazo.