Existe una novela corta de Stephen King titulada Alumno Aventajado y llevada al cine por Bryan Singer con el horroroso nombre en español de Verano de Corrupción. Ni la historia se sitúa en verano ni los dos dos protagonistas se corrompen. Ya vienen estropeados “de casa”.
Verano de Corrupción se basa en la segunda novela que completa
el primer volumen de las Cuatro Estaciones. La primera historia de este volumen
es Rita Hayworth y la redención de Shawshank, en la que se basó
Cadena Perpetua. Es más, en la novela de Alumno Aventajado, el banquero Dufresne de Cadena Perpetua
aparece y ayuda a invertir a uno de sus protagonistas, en lo que podríamos definir
como un cameo literario.
Por tanto, su segunda historia quedó más en el ostracismo aunque se escribiera antes que la Redención de Shawshank. Más concretamente, King la escribió después del Resplandor por allá en el lejano 1982.
Este título no es una historia de fantasmas ni de posesiones
como nos suele acostumbrar Stephen King sino que es un relato de terror
psicológico entre un joven que chantajea a un anciano creando una tétrica
relación. Los eruditos lo llaman, “tour de force” entre dos actores.
Tanto el libro como la película son dos formatos que se
pueden disfrutar. No voy a caer en la trampa de “a mi me gustó más el libro”
porque entraríamos en una pedantería de la cual no pertenezco.
Un adolescente con cara de ángel, Todd Bowden, siente
fascinación por el tercer Reich. Entre sus documentos, le llama la atención una
foto de un antiguo oficial nazi que gobernaba el campo de concentración de
Patin. Es su anciano vecino, Arthur Denker, o más bien llamado, Kurt
Dussander, la fiera sanguinaria de Patin.
Todd visita a Denker y le comunica que sabe que su nombre real es Kurt Dussander y que conoce que tenía un trabajo poco ejemplar en el pasado. A cambio de su silencio, sólo le pide que le cuente los detalles más escabrosos cometidos en el campo de concentración. En ese instante, el anciano es rehén del niño hasta que cambian las tornas y acaban devorándose mutuamente.
El relato se centra en la facilidad de un chaval de sentir
fascinación por lo macabro aunque su entorno familiar y escolar sea intachable.
Por eso, lo del título Alumno Aventajado. A raíz de las historias del
anciano, Todd sufre pesadillas y sus notas escolares bajan considerablemente. A
su misma vez, Dussander despierta de su mente su pasado nazi que enterró por
supervivencia tras la derrota en la guerra.
Una de las escenas más icónicas, que comparte la novela y la película, es cuando Todd le regala un uniforme de oficial nazi al anciano y le obliga a desfilar. En ese instante, el lector y espectador ya es consciente de que el chico de tan sólo catorce años es un manipulador sin escrúpulos.
En el libro, llegas a tener cierta empatía por Dussander hasta que en un giro sorprendente, el anciano introduce un gato en un horno, recordándonos que ese desvalido viejo enviaba a familias enteras a la cámara de gas. Sin embargo, el nazi no está solo. También Todd, mata un cuervo con una pelota de baloncesto (en el libro lo atropella siete veces), demostrando al espectador que los dos protagonistas poseen “problemas de azotea”. Son diferentes generaciones que se unen en una sensación de poder tóxica.
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No es sorpresa que los actos de crueldad animal es una
cualidad intrínseca de los asesinos en serie. No os preocupéis de como su
director, Bryan Singer, plasma estas escenas en la película ya que quedan en un
segundo plano y el gato parece que se escape del horno salvo por un detalle imperceptible.
Un cartel de “Se busca”.
La novela es mucho más retorcida que la película ya que tiene más tiempo en regodearse en los detalles. Por ejemplo, el gas Zyklon-B y como afectaba a los judíos, los sueños húmedos de Todd con prisioneras o la mención de figuras nazis como la señora Ilse Koch. Curiosamente, esta última, apodada la Zorra de Buchenwald, aparece nombrada en la serie del asesino en serie (como redundo) Ed Gein y fue célebre por hacerse lámparas con piel humana. No era de extrañar, que al encender la bombilla se viera reflejado un tatuaje o hasta un pezón. Aclaro que la película nunca muestra imágenes perturbadoras ni fotografías crueles. Tampoco las necesita. Todos estos detalles subyacen de los diálogos entre Todd y Dussander.
La película acarrea problemas de ritmo y a veces, se atropella al intentar ir demasiado al grano. Por ejemplo, Todd ve una fotografía de su vecino nazi, se lo encuentra en un autobús, cartelito de “un mes después” y en la escena siguiente ya está en su casa coaccionándolo. Raro.
En el reparto, tenemos a Ian McKellen como oficial nazi,
nuestro Gandalf, y se llevó todos los elogios en una película que no encontró
su taquilla y tuvo una indiferente recepción crítica. Sin embargo, el actor Brad
Renfro, como Todd está muy correcto y refleja perfectamente aquel “alumno
aventajado” que se muestra en la novela. Un Brad Renfro que murió de sobredosis
de heroína con sólo 25 años recordando su caso a otro juguete roto de Hollywood,
como lo fue River Phoenix.
La película no estuvo exenta de polémica ya que el actor Brad
Renfro contaba con tan sólo 14 años y tuvo que aparecer desnudo en una escena
de ducha. También, lo vemos en una escena con una felación y para redondear, como
se carga a un vagabundo con una pala. Para poner más guindas en el pastel, el
director de Sospechosos Habituales, Bryan Singer, ya se le conocían tendencias
sexuales poco éticas hasta que unos años más tarde fue denunciado por abuso de
menores. El director lo niega rotundamente.
Justamente, por la escena de la ducha, tres extras menores de edad denunciaron al realizador por obligarles a desnudarse para la escena pero hubo un acuerdo económico y se desestimó el caso. Esto no evitó que se volviera a filmar la escena con más vapor y con planos más cerrados para que los cuerpos quedarán más difuminados.
Se podría decir que Verano de Corrupción fue un proyecto
maldito y se intentó lanzar la película mucho antes, en la década de los 80. Por
aquella época, para interpretar al viejo Dussander se barajó a James Mason pero
murió de infarto. Después, se le ofreció el papel a Richard Burton pero también
falleció. Y cuando ya tenían pactado un nuevo elenco y hasta minutos filmados,
la productora entró en bancarrota y se anuló el proyecto. Cuando reflotó la
cosa, el actor que interpretaba al niño Todd ya tenía la edad para casi interpretar
al viejo Dussander y no pudieron empalmar el metraje que ya habían grabado. Un
show.
¿Qué final es mejor? ¿Libro o novela? Spoiler.
En los dos formatos, los dos protagonistas alcanzan una
relación abuelo-nieto y se unen para hacer desaparecer el cuerpo de un
mendigo ya que Dussander no ha podido esconderlo a causa de un infarto en mitad
del crimen. Por cierto, vagabundo interpretado por Elias Koteas. Algo que no
aparece en la película y sí en el libro, es que el niño Todd se infla a matar
vagabundos a cuchillazos y a martillazos compartiendo esa afición con Dussander
pero ninguno de los dos sabe lo que el otro está haciendo. En la película, la
maldad de Todd queda más difuminada ya que no se muestra este hobby asesino.
En el libro, el niño es un mal bicho.
Tanto el final de la película como el del libro, el oficial nazi se suicida al verse acorralado por el Mosad y el FBI pero el destino de Todd Bowden es distinto.
Ante las autoridades, Todd se intenta desvincular de
Dussander confesando que desconocía su pasado y que casi no tenían relación.
Sin embargo, en un momento de la trama, el viejo alemán se hace pasar por su
abuelo en una reunión escolar y se entrevista con Edward French (interpretado
por nuestro actor Ross de Friends).
Cuando este Edward French ve la noticia de que Dussander era un asesino nazi y que el niño, afirma que tenían una relación casi testimonial, el profesor amenaza a Todd de contarlo todo a la policía para demostrar que tenían una relación más que cercana. Sin embargo, el chaval intimida al personaje de David Schwimmer con airear de que se le ha insinuado sexualmente en varias situaciones con detalles que se reflejan en la película y que a mi ver, son válidos. Todo finaliza que el manipulador Todd sigue feliz con su vida pero...
¿Cómo acaba Todd Bowden en el libro?
Pues en este caso, tiene en su poder un rifle Winchester y con eso ya lo digo todo. Ante el chantaje de su educador, no lo amenaza verbalmente como en la película sino que le dispara tres veces saltándole la sesera. No contento, Todd se va a disparar conductores en una autopista hasta que en cinco horas, “es desarmado”.
¿Curioso? Seguro que sí. Un abrazo.










