Monkey Island celebra
su 30 aniversario y gracias
a su versión remasterizada del 2009, he vuelto a jugarlo y su entretenimiento no
decae con los años. Para los que no sufristeis aquella época, videojuegos como Monkey Island, se distribuían en
disquets de 3 y 1/2, y en concreto esta aventura, constaba de 4 disquets para PC. Esto suponía el riesgo de que el juego se te quedara
pillado al introducir el disquet de turno y esparciera tu ilusión en pequeños
bytes por el retrete. A sabiendas de tal traba, la versión de 1990 reflejaba el
siguiente cachondeo:
Esta broma fue erradicada de futuras remasterizaciones (CD,
DVD…) porque ya no tenía ningún sentido. Sin embargo, causó
bastante polémica ya que nuestro protagonista del juego, usaba la llamada
“cuarta pared” para comunicarnos que al no tener ese disquet, se tendría que
obviar esa parte del juego. Muchos no pillaron la broma y se dedicaron a
realizar decenas de llamadas a la marca del juego, Lucasarts, para reclamar esa parte de
historia arrebatada. Sin internet, éramos muy inocentes.
The Secret of Monkey
Island es una divertida aventura
gráfica (o como dicen los americanos, point-and-click
adventure) sobre un chaval que llega al Caribe con el objetivo de
convertirse en un pirata de provecho. Brevemente para el neófito, una aventura
gráfica es un género de videojuegos que consiste en superar una serie de puzles
interactuando con la historia y los personajes. Un estilo… “Coger carne”
“usar carne con flores amarillas
somníferas” “dar carne a caniches
pirañas asesinos”. ¡Vía libre!. Por poner un ejemplo empírico, una aventura gráfica se podría reflejar en las actuales Escape rooms. En
ocasiones, muchos de estos puzles tenían sentido y otras veces no. Cabe
recordar en el juego, ese útil pollo de goma con polea que a primera vista parece un objeto inútil pero de vital importancia en el desarrollo de la aventura.
Sinopsis:
Nuestro protagonista es Guybrush
Threepwood que aterriza por ciencia infusa en Melee Island para convertirse en un célebre pirata. Allí se pondrá
hasta el culo de grog, le tirará la caña a la gobernadora Elaine Marley y se batirá a zumos de raíces vudús contra su gran archienemigo,
el pirata fantasma Lechuck. Conocerá a los
hermanos Fetuccini, al loco Toothrot, tres caníbales muy cachondos y
al fantástico Stan, que nos tendrá que
dejar un buque a buen precio para alcanzar la ansiada Monkey Island. Por cierto, como este blog es una fuente de
conocimientos inagotable; este año han confirmado que cuando llegó Colón a su
propia “Monkey Island” en el Caribe, encontró
caníbales. Sin embargo, se conoce que los caníbales del videojuego son un amor. Aquí.
Creador(es):
Esta
maravilla se la debemos al programador Ron Gilbert que se inspiró en la
atracción de Piratas del Caribe de Disneyland
para crear esta aventura. El informático cuenta que iba montado en un bote de
la atracción pero no se le permitía bajar a explorar y eso no podía ser. Cabe
recordar que la atracción de Piratas del
Caribe existe desde el 1967 (Anaheim, California) porque soy consciente de
que vemos de Jack Sparrow hacia
delante, como es lógico. Por cierto, como dato curioso de esta atracción, en
2018 quitaron la opción titulada "Subasta:
consigue una muchacha como mujer".
¿Os suena la escena? |
El toque
esotérico de Monkey Island, se lo
debemos al libro Stranger Tides de Tim Powers que recitaba ritos de vudú e
intercalaba temas fantasmagóricos. Curiosamente, la aburridísima cuarta entrega
de Pirates of the Caribbean: On Stranger
Tides (en mareas misteriosas) fue su adaptación más fiel.
El juego
fue financiado por la empresa de Lucasfilm games (luego Lucasarts) propiedad del mismísimo George Lucas, que según Gilbert,
les dejaba total libertad. Es más, en homenaje al creador de Star Wars, uno de los guardianes que no
nos deja avanzar por un puente es Sir.
Lucas.
También
tiraron del carro, los gafapasta Tim
Schafer y Dave Grossman.
Explicaba Grossman, que la diferencia
entre Monkey Island (y en general los
juegos de LucasArts) y la compañía
“rival”, Sierra (Larry, King Quest…),
era la creación de puzles sin alcanzar el punto de quedarte atascado eternamente. Además,
una de las opciones más aplaudidas del diseño de Monkey Island fue la imposibilidad de morir.
Sólo hay
un momento (bueno… dos) en el que nuestro protagonista está a punto de perecer.
Uno de estos instantes es cuando Guybrush se
precipita por una montaña pero éste retorna a la cima afirmando que ha rebotado
en un “árbol de goma”. El cuadro de diálogo que aparece en ese instante es el
mismo que vemos en las aventuras gráficas de la compañía rival, Sierra, reflejando la mofa.
En 2012,
Disney adquirió LucasArts y en 2013 cerró el departamento de videojuegos tirando a
la calle a casi 150 trabajadores. En 2016, Gilbert
pidió a Disney que le devolvieran los derechos de Monkey Island ya que en su mente tenía un guión preparado para una
tercera secuela donde por fin desvelaría el Secreto de Monkey Island.
Jugabilidad:
El jugador interactuaba con nuestro protagonista a través de
un sistema de tabla de verbos que fue creado por el mismo Ron Gilbert al que denominó SCUMM
(Script Creation Utility for Maniac
Mansion). Monkey Island fue el quinto juego que usaba este tipo de motor
gráfico y como su definición indica, este método fue creado para otra anterior
aventura gráfica llamada, Maniac Mansion (1987). ¡Bernaaard!. Como
homenaje a este sistema de juego, en Monkey
Island podemos visitar el Scumm Bar y
en otro huevo de Pascua, un beodo pirata nos recordará lo grande que fue otra
aventura gráfica de LucasFilm,
llamada Loom.
En la versión remasterizada, desaparece la tabla de verbos y
con el teclado o el scroll (la
ruedecilla) del ratón puedes acceder
al clásico “coger, empujar, usar…”. El inventario deja de estar fijo en la
pantalla y pulsando la tecla “i” aparecerá y desaparecerá sin molestar en la
interfaz. Además, con un solo botón (diría
que era el F10) puedes ir alternando a la versión de 1990 para culminar tu frikismo de manual.
Uno de
los lances más emblemáticos del videojuego, son los simpáticos duelos a espadas
mediante insultos. Este método se le ocurrió a Ron Gilbert cuando visionaba pelis de Erron Flynn y veía que en esos combates se insultaban a menudo. Detrás
de estas graciosas combinaciones de preguntas y respuestas, está Orson Scott Card, creador de Juego de Ender.
Por
último, destacar el trabajo musical de un tal Michael Land que dedicó parte de su vida a ser el compositor y el programador de audio de
todo lo que creara LucasArts. La influencia
caribeña del videojuego inspiró esta cancioncilla que brota en nuestras almas
rebosantes de grog. Y es una suerte, porque si uno se fija en las valoraciones de
las aventuras gráficas de Lucasarts, el
sonido no era su fuerte.
Curiosidades:
El amigo Gilbert tuvo que programar a toda castaña la excelente aventura de Indiana Jones y la última cruzada pero eso no le detuvo para que realizara un primer guión para Monkey Island. Ese borrador se titulaba Mutiny en Monkey Island (Motín en Monkey Island). Guybrush era un pirata caído en desgracia que busca su redención y su nombre inicial era Smear West. Elaine la gobernadora era sustituida por Fat el Gobernador. Además, la rumorología apuntaba que la lucha de espadas era modificada por un combate naval.
En un lance del juego, nuestro protagonista se encuentra
debajo del agua atado a un tótem. Si nos esperamos 10 minutos, Guybrush cambia de color y se modifica
el panel de verbos. La verdad que salir de este brete es uno de los
puzles más idiotas que uno se puede encontrar, lo que lo hace más difícil.
La bebida por excelencia en Monkey Island es el grog.
Se puede emplear tanto para matar animales agresivos como para que dejen de
chirriar los goznes de una puerta. Es curioso, porque en realidad existió dicha
bebida. Cuenta la leyenda que el almirante Edward
Vernon ofrecía ron a sus marineros pero "rebajado" con agua ya que las
cogorzas eran legendarias. Estos marineros, en tono de burla, comenzaron a
llamar a esa bebida “grog” porque el almirante iba ataviado con ropas
confeccionadas en tejido grogrén.
Qué cosa más friki.
Según cuentan, el nombre de Guybrush proviene de la unión, guy
(chaval) y brush que fue una
extensión de los archivos que se
guardaban en el programa Deluxe Paint
del ordenador Amiga. Y Threepwood
proviene de una novela del 1964 llamada The
Brinkmanship of Galahad Threepwood donde su sinopsis es de lo más tedioso. El nombre de la gobernadora Elaine surgió de la película El Graduado (1967) ya que el videojuego
y la película comparten similitudes en sus respectivos finales.
Cuando te escapas varias veces de la cárcel-cabaña de los caníbales, verás como mejora la seguridad de la puerta pero no importa porque nuestro protagonista se fuga por otro acceso.
El dial-a-pirate
era un original sistema antipirateo analógico que permitía poder acceder al
juego. Constaba de dos círculos que se sincronizaban para dar la respuesta
correcta al password inicial.
Monkey Island marcó una época para aquellos gamers de antaño y por lo que veo, su recuerdo se mantiene siempre con una sonrisa. Feliz verano y un abrazo.
6 comentarios:
Una puta obra de arte. Ahora, si me dan a elegir, me quedo con la tercera parte. Las horas que me pasé jugando al Curse of Monkey Island casi acaban con mi carrera como ser humano. Creo que hubo una época en la que entre el PCFútbol, el Monkey Island y jugar partidos con los amigos, no tenía tiempo para otra cosa en la vida. Qué cojones, mientras estoy de cuarentena me los descargo todos. Para qué está el tiempo encerrado si no es para disfrutar.
Saludos
Hola Adolfo!
El PC fútbol fue nuestro Fortnite. Qué maravilla. No toqué el Monkey Island 3 pero el primero y el segundo sí. En el tercero ya no estaba Ron Gilbert pero tiene muy buenas críticas.
Los juegos de fútbol y las aventuras gráficas fueron mi pasión. Después empecé a coleccionar Playstation y todo cambió.
Me encantaría rememorar juegos de antaño como el Maniac Mansion o los Kick Off pero no me da la vida.
Un abrazo y gracias.
Mira que es casualidad, ya que nunca lo había jugado y justo en este confinamiento quise saldar esa deuda pendiente. Totalmente de acuerdo contigo, el juego se mantiene de maravilla y no podría ser más divertido.
También aproveché para volver a jugar a esa otra maravilla que es "Indiana Jones and the Fate of Atlantis". Fue un confinamiento de lo más retro.
¡Gran entrada Argail!
Saludos.
Uf, Indiana Jones and the Fate of Atlantis, qué maravilla. Yo con el que estuve obsesionado fue con La última Cruzada, a ver si lo vuelvo a revivir en remasterizado o en viejuno.
Acabo de empezar el Monkey Island II (Remasterizado) y sigue siendo igual de entretenido que el primero. Espero nunca perder el tema retrogamer que ocupó gran parte de mi juventud.
Un abrazo Rodi y gracias!
Perdón por el retraso, ahora me doy cuenta que has escrito una buena entrada y que no has abandonado del todo el blog. Apenas tengo tiempo para revisar el mío, normal que no me acuerde del tuyo ^^U
Yo jugué más al primer Simon the sorcerer (hubo varias secuelas que no llegué a probar), pero estos juegos eran una pasada y por supuesto el Monkey Island era lo máximo para varios compis que en su día tenían el Amiga 500. Conocí a bastante gente "amiguera", pero con el tiempo todos nos pasamos al Pc, aunque algunos aún quieran ir de especiales y todavía nos dicen que el amiga va a volver a ser como antes... en pleno 2021, pero eso es otra historia.
Pásate por mi blog, que tengo un par o 3 de entradas de "misteriosas exploraciones" a sitios emblemáticos. Un abrazo y gracias por escribir aunque sea de vez en cuando.
Qué tal Shark,
Efectivamente tengo abandonado el blog. Una lástima. Uno se hace mayor y el tiempo le escasea.
Oh! Simon the Sorcerer fue un clásico. Yo fui muy Amiguero pero hay que asumir cuando pasar página y el PC se comió el Amiga. El Monkey Island de Amiga tenía un porrón de diskets y como lo tuvieras "pirata" y te fallara algún disket, estabas muerto. Curiosidades de aquella época que ya no volverán.
Me pasaré por tu blog y gracias a ti por pasarte por este "lugar abandonado". Un abrazo!
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