jueves, 11 de diciembre de 2025

Verano de corrupción (1998)


Existe una novela corta de Stephen King titulada Alumno Aventajado y llevada al cine por Bryan Singer con el horroroso nombre en español de Verano de Corrupción. Ni la historia se sitúa en verano ni los dos dos protagonistas se corrompen. Ya vienen estropeados “de casa”.

Verano de Corrupción se basa en la segunda novela que completa el primer volumen de las Cuatro Estaciones. La primera historia de este volumen es Rita Hayworth y la redención de Shawshank, en la que se basó Cadena Perpetua. Es más, en la novela de Alumno Aventajado, el banquero Dufresne de Cadena Perpetua aparece y ayuda a invertir a uno de sus protagonistas, en lo que podríamos definir como un cameo literario.

Por tanto, su segunda historia quedó más en el ostracismo aunque se escribiera antes que la Redención de Shawshank. Más concretamente, King la escribió después del Resplandor por allá en el lejano 1982.

Este título no es una historia de fantasmas ni de posesiones como nos suele acostumbrar Stephen King sino que es un relato de terror psicológico entre un joven que chantajea a un anciano creando una tétrica relación. Los eruditos lo llaman, “tour de force” entre dos actores.

Tanto el libro como la película son dos formatos que se pueden disfrutar. No voy a caer en la trampa de “a mi me gustó más el libro” porque entraríamos en una pedantería de la cual no pertenezco.

Un adolescente con cara de ángel, Todd Bowden, siente fascinación por el tercer Reich. Entre sus documentos, le llama la atención una foto de un antiguo oficial nazi que gobernaba el campo de concentración de Patin. Es su anciano vecino, Arthur Denker, o más bien llamado, Kurt Dussander, la fiera sanguinaria de Patin.

Todd visita a Denker y le comunica que sabe que su nombre real es Kurt Dussander y que conoce que tenía un trabajo poco ejemplar en el pasado. A cambio de su silencio, sólo le pide que le cuente los detalles más escabrosos cometidos en el campo de concentración. En ese instante, el anciano es rehén del niño hasta que cambian las tornas y acaban devorándose mutuamente.

El relato se centra en la facilidad de un chaval de sentir fascinación por lo macabro aunque su entorno familiar y escolar sea intachable. Por eso, lo del título Alumno Aventajado. A raíz de las historias del anciano, Todd sufre pesadillas y sus notas escolares bajan considerablemente. A su misma vez, Dussander despierta de su mente su pasado nazi que enterró por supervivencia tras la derrota en la guerra.

Una de las escenas más icónicas, que comparte la novela y la película, es cuando Todd le regala un uniforme de oficial nazi al anciano y le obliga a desfilar. En ese instante, el lector y espectador ya es consciente de que el chico de tan sólo catorce años es un manipulador sin escrúpulos.

En el libro, llegas a tener cierta empatía por Dussander hasta que en un giro sorprendente, el anciano introduce un gato en un horno, recordándonos que ese desvalido viejo enviaba a familias enteras a la cámara de gas. Sin embargo, el nazi no está solo. También Todd, mata un cuervo con una pelota de baloncesto (en el libro lo atropella siete veces), demostrando al espectador que los dos protagonistas poseen “problemas de azotea”. Son diferentes generaciones que se unen en una sensación de poder tóxica.

No es sorpresa que los actos de crueldad animal es una cualidad intrínseca de los asesinos en serie. No os preocupéis de como su director, Bryan Singer, plasma estas escenas en la película ya que quedan en un segundo plano y el gato parece que se escape del horno salvo por un detalle imperceptible. Un cartel de “Se busca”.

La novela es mucho más retorcida que la película ya que tiene más tiempo en regodearse en los detalles. Por ejemplo, el gas Zyklon-B y como afectaba a los judíos, los sueños húmedos de Todd con prisioneras o la mención de figuras nazis como la señora Ilse Koch. Curiosamente, esta última, apodada la Zorra de Buchenwald, aparece nombrada en la serie del asesino en serie (como redundo) Ed Gein y fue célebre por hacerse lámparas con piel humana. No era de extrañar, que al encender la bombilla se viera reflejado un tatuaje o hasta un pezón. Aclaro que la película nunca muestra imágenes perturbadoras ni fotografías crueles. Tampoco las necesita. Todos estos detalles subyacen de los diálogos entre Todd y Dussander.

La película acarrea problemas de ritmo y a veces, se atropella al intentar ir demasiado al grano. Por ejemplo, Todd ve una fotografía de su vecino nazi, se lo encuentra en un autobús, cartelito de “un mes después” y en la escena siguiente ya está en su casa coaccionándolo. Raro.

En el reparto, tenemos a Ian McKellen como oficial nazi, nuestro Gandalf, y se llevó todos los elogios en una película que no encontró su taquilla y tuvo una indiferente recepción crítica. Sin embargo, el actor Brad Renfro, como Todd está muy correcto y refleja perfectamente aquel “alumno aventajado” que se muestra en la novela. Un Brad Renfro que murió de sobredosis de heroína con sólo 25 años recordando su caso a otro juguete roto de Hollywood, como lo fue River Phoenix.

La película no estuvo exenta de polémica ya que el actor Brad Renfro contaba con tan sólo 14 años y tuvo que aparecer desnudo en una escena de ducha. También, lo vemos en una escena con una felación y para redondear, como se carga a un vagabundo con una pala. Para poner más guindas en el pastel, el director de Sospechosos Habituales, Bryan Singer, ya se le conocían tendencias sexuales poco éticas hasta que unos años más tarde fue denunciado por abuso de menores. El director lo niega rotundamente.

Justamente, por la escena de la ducha, tres extras menores de edad denunciaron al realizador por obligarles a desnudarse para la escena pero hubo un acuerdo económico y se desestimó el caso. Esto no evitó que se volviera a filmar la escena con más vapor y con planos más cerrados para que los cuerpos quedarán más difuminados.

Se podría decir que Verano de Corrupción fue un proyecto maldito y se intentó lanzar la película mucho antes, en la década de los 80. Por aquella época, para interpretar al viejo Dussander se barajó a James Mason pero murió de infarto. Después, se le ofreció el papel a Richard Burton pero también falleció. Y cuando ya tenían pactado un nuevo elenco y hasta minutos filmados, la productora entró en bancarrota y se anuló el proyecto. Cuando reflotó la cosa, el actor que interpretaba al niño Todd ya tenía la edad para casi interpretar al viejo Dussander y no pudieron empalmar el metraje que ya habían grabado. Un show.


¿Qué final es mejor? ¿Libro o novela? Spoiler.

En los dos formatos, los dos protagonistas alcanzan una relación abuelo-nieto y se unen para hacer desaparecer el cuerpo de un mendigo ya que Dussander no ha podido esconderlo a causa de un infarto en mitad del crimen. Por cierto, vagabundo interpretado por Elias Koteas. Algo que no aparece en la película y sí en el libro, es que el niño Todd se infla a matar vagabundos a cuchillazos y a martillazos compartiendo esa afición con Dussander pero ninguno de los dos sabe lo que el otro está haciendo. En la película, la maldad de Todd queda más difuminada ya que no se muestra este hobby asesino. En el libro, el niño es un mal bicho.

Tanto el final de la película como el del libro, el oficial nazi se suicida al verse acorralado por el Mosad y el FBI pero el destino de Todd Bowden es distinto.

Ante las autoridades, Todd se intenta desvincular de Dussander confesando que desconocía su pasado y que casi no tenían relación. Sin embargo, en un momento de la trama, el viejo alemán se hace pasar por su abuelo en una reunión escolar y se entrevista con Edward French (interpretado por nuestro actor Ross de Friends).

Cuando este Edward French ve la noticia de que Dussander era un asesino nazi y que el niño, afirma que tenían una relación casi testimonial, el profesor amenaza a Todd de contarlo todo a la policía para demostrar que tenían una relación más que cercana. Sin embargo, el chaval intimida al personaje de David Schwimmer con airear de que se le ha insinuado sexualmente en varias situaciones con detalles que se reflejan en la película y que a mi ver, son válidos. Todo finaliza que el manipulador Todd sigue feliz con su vida pero...

¿Cómo acaba Todd Bowden en el libro?

Pues en este caso, tiene en su poder un rifle Winchester y con eso ya lo digo todo. Ante el chantaje de su educador, no lo amenaza verbalmente como en la película sino que le dispara tres veces saltándole la sesera. No contento, Todd se va a disparar conductores en una autopista hasta que en cinco horas, “es desarmado”.

¿Curioso? Seguro que sí. Un abrazo.

 

 

sábado, 13 de septiembre de 2025

¿Cómo eran realmente los personajes de Cadena Perpetua según Stephen King?

 


Sí, es de Stephen King. No es de extrañar la cara de sorpresa cuando uno descubre que Cadena Perpetua proviene de una novela del maestro del terror, Stephen King. Habitualmente, su mención en cualquier producto audiovisual es sinónimo de atracción para el público pero en Cadena Perpetua se ocultó al escritor intencionadamente. Según los productores, la película iba destinada para un espectador con gustos más “refinados” y se eliminó cualquier referencia al escritor de Maine.

Según la web de cine IMDB, Cadena Perpetua (1994) es la película mejor valorada del planeta y reconozco que sus personajes son realmente muy queridos. Sin embargo, no olvidemos que son presidiarios y que están cumpliendo largas condenas por crímenes realmente atroces. La película pasa muy de soslayo (o ni pasa) por estos hechos punibles y hace bien. Por este motivo, es muy curioso encontrar esta información de su fuente original, la novela “Rita Hayworth y la redención de Shawshank” que se incluye en la obra “Las Cuatro estaciones” de 1982.

La novela cuenta con apenas un poco más de 120 páginas (según la versión de Penguin Grupo editorial que poseo) y normalmente, cuando un relato corto se traslada a la película (o serie), hay un riesgo inherente de alargar el guion de manera poco sutil. Sin embargo, el director de Cadena Perpetua, Frank Darabont, extiende de forma natural varios personajes y sale airoso. Por ejemplo, el anciano Brooks Hatlen, el entrañable bibliotecario que tiene un final distinto en los dos formatos.


¿Y por qué no? Comencemos por él. Todos recordamos a Brooks Hatlen (James Whitmore) protagonizando una de la escenas más lacrimógenas del cine. Qué llorera. Brooks es un anciano entrañable y es respetado en la prisión de Shawshank donde trabaja como bibliotecario y como también sucede en la novela. Su avanzada edad refleja que lleva toda la vida en la cárcel y ya es toda una institución. Ahí radica el problema cuando le conceden la libertad y comienza otra condena, la vida como civil. Los nuevos tiempos le atemorizan y cercenan su corto futuro. Tras 50 años de condena, es libre pero está más solo que nunca y decide acabar. “Brooks was here”.

En la película, recordamos esa maravillosa relación que posee con un cuervo llamado Jake. Sin embargo, en la novela es otro preso quién cuida de Jake. Este personaje se llama Sherwood Bolton y en realidad, no es un cuervo sino una paloma. Darabont coge este fragmento del libro y se lo adjudica a Brooks para darle otro elemento que conecte con el público.

En la novela, Brooks es un personaje efímero y aparece poco pero comparte las mismas incapacidades de adaptación en la sociedad que su homólogo cinematográfico. Su final en el formato escrito, es más trivial ya que fallece en una residencia de ancianos indigentes.

Y usted se preguntará ¿Por qué Brooks cumplía condena? Nada grave. Sólo había matado a su mujer y a su hija después de una mala racha de póker.

Ellis “Red” Redding (Morgan Freeman).

Tanto en la novela como en la película, el personaje de Morgan Freeman actúa como narrador omnipresente. Fue condenado, nada más y nada menos, por orquestar el asesinato de su mujer. Previamente le hizo un buen seguro de vida a su esposa para beneficiarse de su muerte, trucó los frenos de su coche y dejó que el destino siguiera su curso. Lo que no calculó esa noche es que su mujer también recogería a la mujer del vecino y a su hijo pequeño. El coche acabó estrellado en un monumento de la guerra de Secesión y se incendió dejando varios cadáveres. La sentencia para el bueno de Red fueron tres cadenas perpetuas.

Físicamente en la novela, Red era pelirrojo y de pelo escaso. La verdad que ver a un Morgan Freeman con los cabellos anaranjados hubiera sido digno de ver.

Andy Dufresne (Tim Robbins).

Si algo posee Tim Robbins es una notable altura ya que “sólo” mide 1, 96 centímetros. Sin embargo, en la novela, Andy era un tipo bajito, de unos 30 años y con gafas. Realmente, la envergadura de Tim Robbins no ayudaba a pasar por el agujero oculto que se escondía tras el póster de Raquel Welch. Por cierto, una imagen de la película “Hace un millón de años”. Curiosamente, en la novela, el último póster que aparece pertenece a la cantante Linda Ronstadt. Por imaginar podía ser éste:

Sin embargo, en la peli, Darabont escoge la imagen de Raquel Welch como último cartel antes de la fuga y es un acierto porque para Andy, esa playa simbolizaba la libertad.


El joven convicto Tommy Williams (Gil Bellows).

Tommy era aquel presidiario que sabía la verdad de quién mató a la mujer de Andy Dufresne. Era un ladrón profesional y comparte con la novela su dedicación a conseguir el título de bachiller. Se describe en la obra de Stephen King que el personaje tenía 27 años y curiosamente el actor, Gil Bellows, justamente tenía esa edad cuando participó en la película. Qué serendipia. 


Este personaje tan relevante tiene un final distinto en los dos formatos. En el libro, Tommy Williams es trasladado a una prisión de mínima seguridad para que pueda ver a su mujer y a su hijo con la condición de que deje de propagar la inocencia de Andy Dufresne. En la película, directamente es asesinado por el Capitán Hadley a orden del alcaide Norton para que deje su empeño en declarar a favor de Andy.

Capitán Hadley (Clancy Brown).


En la novela, Red (Morgan Freeman) no dejaba dudas sobre cómo era este personaje. En la mítica escena de los trabajos en el terrado (que comparte el libro y la película), Red describía ese momento así:

“Bebiendo cerveza proporcionada por el guardián más cruel que haya pisado la Prisión estatal de Shawshank”.

Y no era para menos. En la novela se define como un hombre alto, torpe, con cierta alopecia y cabello rojizo. En la película, coincide con ese detalle de gran envergadura ya que el actor, Clancy Brown, mide 1,91 cm. En la novela se decía que “Si no se actuaba con benevolencia, te sacudía con la porra” y en la película, esa porra acaba estampada en el líder de “Las hermanas” dejándolo tullido para los restos.


También, en el libro, se le define como una persona desagradable sin una palabra de ánimo para nadie. La definición cuadra a la perfección en los dos formatos. Sin embargo, su final es diferente ya que en la novela simplemente coge la baja por larga enfermedad por un ataque al corazón y en la película, es detenido por la policía por su desmedido comportamiento.

Alcaide Norton (Bob Gunton). 


El alcaide Norton es uno de los muchos alcaides que pasan por la novela y lo definen como un tipo al que nadie vio sonreír nunca. Llevaba un distintivo de los baptistas adventistas y obsequiaba a sus presos con un ejemplar del nuevo testamento. En la película, vemos diálogos sobre pasajes de la biblia entre Dufresne y el alcaide Norton. 


Este personaje es relevante ya que es el alcaide que impide que Dufresne salga de la cárcel a sabiendas de su posible inocencia. Su final difiere entre la novela y la película. En la novela, simplemente dimite y en la película, se pega un tiro al ver como una horda de agentes de la ley se dirige hacía a él para detenerlo por sus trapicheos.

Bogs, líder de “Las hermanas” (Mark Rolston). 


Realmente, su comportamiento cinematográfico no difiere mucho del libro ya que de inicio se dirige a Andy con odio. Lo juzga por ser presumido y antipático. En la novela, Bogs es un violador de larga condena donde lo definen como un tipo grande y corpulento.

Para finalizar, aparecen varios secundarios random que no podemos dejar pasar por alto. Por ejemplo, aparece un tal Ernie, interpretado por el actor, Joseph Ragno y en la novela se describe como un viejo recluso amiguete de Red que se dedica a fregar los pasillos durante toda la condena. En la película y en la novela, forma parte de la cuadrilla del personaje de Morgan Freeman y su función es realizar las entregas de objetos procedentes del mercado negro.


También aparece el personaje de Rooster Macbride, miembro de “Las Hermanas”, y según la novela, cumplía condena por haber matado a su hijastra a golpes. Tanto en la película como en la novela, Dufresne le rompe la nariz a Rooster en una de esas situaciones en las que pudo defenderse.


Me hubiera encantado colocar a Heywood que es interpretado por un actor al que le tengo cierto cariño como William Sadler pero no he sabido situarlo ya que hay más secundarios en la película que en la novela.



Y ya estaríamos. Un abrazo.