miércoles, 9 de noviembre de 2016

Chicas de fraternidad en la bolera (Juego infernal) (1987)



Menudo título. Estoy navegando por unos ríos cinematográficos bastante caudalosos. Chicas de fraternidad en la bolera es una película de 90.000 $ que se pasea entre la comedia de terror adolescente y lo erótico, sin ser nada de otro planeta. Hablo de lo erótico. La serie B es innata y según la wikipedia, la cinta se basa “libremente” en el cuento popular de la mano de mono. Esta historia cuenta que un faquir hechizó una mano de simio momificada y que quién la hallara podía pedir un deseo. Sin embargo, el deseo se transformaba en catástrofe para el afortunado y el mono le salía rana. Podría alardear sobre mi conocimiento del cuento pero lo único que recuerdo a estas horas es la historia de un capítulo de Halloween de Los Simpsons.



Debido a su ínfimo presupuesto, la película se filmó en doce días y tuvieron que esperar a las 9 de la noche para que cerrara la bolera y así poder entrar a grabar. Es más, le dijeron al guionista que espabilara porque ya tenían reservadas las dos noches para filmar en la bolera. Diez días le dejaron al guionista para acabar el libreto. Aun así la película se llegó a estrenar en cines con un lanzamiento muy limitado que duró cuatro telediarios.

¿De qué va esto?


La película se inicia con tres adolescentes en una habitación rodeados de todo tipo de material erótico y de repente, escuchamos la primera frase del film que nos conducirá a la catarsis: Qué tía, vaya par de tetas. Tras el aburrimiento, uno de estos jóvenes tiene un divertido plan y es ir a ver un rito de iniciación de dos chicas que desean pertenecer a la hermandad Tridelta. Los chicos no se lo piensan y salen a la caza visual de tal ceremonia pero uno de ellos (Andras Jones) con tan solo una cerveza ya va perjudicado, lo cual dificulta la incursión de incógnito.



La hermandad Tridelta es liderada por un triunvirato femenino que se ubica en una casa también decorada con material erótico pero fálico. Estas mujeres también tienen un cruel plan para sus dos novatas, sobre todo para el espectador masculino heterosexual. El plan consiste en azotar a las féminas en sus posaderas y llenarlas de nata montada.


Sin embargo, la jefa de la hermandad coge in fraganti a los jóvenes mirones y los une a las candidatas para que realicen la última prueba: hurtar un trofeo de la bolera del pueblo. Y de aquí surge el sugerente título del film, Chicas de fraternidad en la bolera (eh?). Obviamente las candidatas no están muy contentas rodeadas de tanto “pervert” pero no hay que preocuparse porque la hermandad Tridelta las vigilará a través de las cámaras de seguridad de la bolera.


Y aquí empieza lo bueno y la segunda parte del film. Llega el grupo al local y se encuentran a una deslenguada punki intentando robar (Linnea Quigley). Pero entre los insultos y las bofetadas uno de los trofeos cae y dicho objeto empieza a emanar un humo mágico del cual aparece una especie de troll llamado Tío Impie. Comienza el despolle al máximo nivel.



El diablo menor, como se hace llamar, concede un deseo a cada uno. El obeso del grupo pide oro, otra candidata exige ser la reina del baile y el pervert restante reclama fornicar con una de las candidatas (Michelle Bauer). Ese pervert restante no sabe que quedará agotado y al borde de la muerte dado el carácter insaciable de la candidata elegida. Es un detalle ejemplarizante que nos enseñará a no pedir los deseos a lo loco.



A todo esto y sin venir a cuento, aparece un conserje en la bolera que su función será morir y explicar a los supervivientes el pasado de Tío Impie. Entre la oratoria del bedel escucharemos frases profundas como:

“Mañana tendré el dedo como la verga de un burro y tendré que aprender a rascarme los huevos con la otra mano” o “el pomo está más duro que el coño de una estatua”



Sublime. También, ahora que estamos muy de super héroes, hay un instante en que la punki al ver tal desmadre, pregunta al grupo si son la Liga de los gilipollas nocturnos; tontería que tengo que reconocer que me partí bastante. Más tarde, como se preveía, el duende se cabrea y se desdice de los deseos pedidos (menos el sexual, por supuesto) y transforma al trío líder de la hermandad en sus “esbirras” para que asesinen a todo quisqui. Por ejemplo, una es transformada en una especie de Hulk, otra en la novia de Frankenstein y la jefa de la hermandad es convertida en una especie de Cindy Lauper con mala gaita. 



La verdad es que (salvando las distancias) nos hallamos ante una de aquellas agradables historietas de hora y media, tipo Creepshow, que a un servidor le regocijan enfermizamente. Y en conclusión, tenemos una película de toque cutre pero entrañable y que hay que visionar con buen humor. Y para demostrar las intenciones del film; se cuenta que el productor avisó al reparto de que cambiaría el nombre de la película a Chicas de fraternidad en la bolera en vez de The Imp. Al escuchar tal información, una de las actrices, Carla Baron (la que va de novia de Frankenstein), dijo que con ese título el público no se tomaría la película en serio. Todo el set de grabación respondió partiéndose el chorizo. Y como podréis comprobar en el siguiente vídeo, Tío Impie también se parte.



Scream Queens:

Lo bueno de este tipo de películas es que se descubren inicios de verdaderas eminencias en su campo, como puede ser el realizador de los efectos especiales, Craig Caton, que participó en Eduardo Manostijeras (1990), Terminator 2 (1991) o Parque Jurásico (1993), como coordinador y titiritero. Craig Caton, creó la marioneta del Imp en dos semanas y la inspiración del diseño fue por un dibujo del historietista Bernie Wrightson donde se veían a unos monstruitos que se reían de un hombre en un puente. 




Chicas de fraternidad en la bolera (Juego infernal) (1987) fue dirigida por el prolífico en serie B, David DeCoteau, fan de la Venganza de los Nerds (1984) y que también trabajó para el mítico Roger Corman. En el elenco coincidieron tres scream queens, por antonomasia: Brinke Stevens, la pornostar Michelle Bauer (la insaciable) y Linnea Quigley (la punki), de la cual dicen que tiene el grito más largo en una película.



Pero a donde quería llegar era a la guapísima actriz, Robin Stille, que interpreta a la líder de la hermandad y que era el personaje que ofrecía más guerra a nuestros protagonistas. Esta actriz se suicidó con tan sólo 35 años y pasó su vida ahogada en vodka y desilusionada por el trato recibido por Hollywood. Es más, su compañera de reparto, Linnea Quigley, afirmó que quedó herida en las escenas de lucha con Robin Stille, ya que ésta iba hasta las cejas de vodka y le arreaba de verdad. Un pena.



Por último, destacar la BSO que está bastante molona y es perpetrada por un tal Guy Moon que le daba al sintetizador que daba gusto. 



¿De dónde aparece tío Impie?  

En mitad de la película, el personaje del bedel nos relata que existió un horroroso jugador de bolos llamado Dave McCabe que sufría todo tipo de burlas e improperios. Sin embargo, hubo un vuelco en su destreza y el chaval empezó a tirar los bolos como nadie y a ganar trofeos. Pero al mismo tiempo, todas aquellas personas que se burlaban de él, también dieron un vuelco en su vida y aparecieron terroríficamente muertas. Por tales asesinatos, condenaron al pobre McCabe a la cámara de gas y confesó que él no había cometido los crímenes sino que había sido un ente convocado mediante magia negra. Antes de morir, Dave McCabe encerró al diablo en un trofeo permaneciendo 30 años cautivo.



Es curioso porque al personaje de la versión castellana lo llaman imp, es más, el mismo duendecillo se hace llamar tío Impie. ¿Pero qué es un Imp? Un imp es un demonio menor de origen germánico bastante travieso que utiliza la broma para atraer la confianza del humano. Se esconden dentro de un objeto (trofeo) hasta que algún/a incauto/a lo invoca. Como anécdota en la franquicia rival de los Pokemon, los Digimon, existe el Impmon dedicado a esta especie de ente.


Curiosidades:

En el Reino Unido, su versión doméstica se tituló The Imp, sudando del título original.



El nombre de Dave McCabe de la historia del bedel era el pseudónimo que utilizaba el director cuando filmaba películas de adultos en sus inicios. A parte, desconozco si es casualidad o no, pero uno de los personajes de la película de terror Todavía estamos aquí (2015) se llama Dave McCabe.



Gran escena. Hago el trueque de cuchillo a hacha sin que te enteres.

 
La única máquina recreativa que parpadea es la de Tron (1982) (y que reconozco).


Se vislumbra entre los pósters de la hermandad a Elvira, Dama de la Oscuridad.


Al inicio del film, el chaval que está viendo una película afirma que lo que ve no es un zombie sino un succubus. Un súcubo en spanish es un demonio que toma la imagen de una mujer atractiva para seducir a los hombres; en especial a adolescentes y monjes. Lo de monjes no es cachondeo.

En mi descarga totalmente “legal”, al final de la proyección, se hace mención al programa de Antena 3, Noche de Lobos, que fue un programa sobre cine fantástico y terror presentado por el director del festival de SitgesJoan Lluís Goas. Y de esta información sacamos que la película se emitió por dicho canal el 24 de febrero del 1991. Qué tiempos. Un abrazo.



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