viernes, 3 de agosto de 2018

Puppet Master (El amo de las marionetas o La venganza de los muñecos) 1989



La alineación de los astros ha decidido para este año que el tiempo para “mis cosas” sea escaso y de dudosa calidad. La rutina se está cargando mi amado síndrome de Peter Pan. Sin embargo, cuando uno visiona reliquias de serie B como la que expongo a continuación, el tiempo aflora desde cualquier rincón. Y he visto Puppet Master, donde ya su título, magnetiza al más incauto. Para más Inri, Puppet Master se ha hecho franquicia, de aquellas de culto, y ya consta de doce secuelas. Ríete tú de Paranormal Activity.

Historia:


La historia de este Toy Story macabro, se inicia en 1939 con un titiritero llamado, André Toulon, que mediante hechicería egipcia da vida a sus marionetas. Sin embargo, dos espías nazis, van detrás del secreto de este último alquimista y acorralan a nuestro anciano titiritero. André Toulon, al ver que su secreto se encuentra en peligro, decide esconder las marionetas detrás del estucado y volarse el cráneo en pedazos. 

50 años más tarde, un grupo de sensitivos descubre mediante poderes telequinéticos que uno de ellos ha fallecido, y que antes de morir les ha confiado un último mensaje: El hallazgo del secreto de André Toulon.


El parto de Puppet Master:

La película fue dirigida por David Schmoeller y fue un inesperado éxito para la productora de fantasía y ciencia ficción, Full Moon Productions, capitaneada por un tipo llamado, Charles Band. No obstante, la relación entre el director y el productor acabó a tortas y en las tropecientas secuelas de Puppet Master, el director ni aparece aunque éste fuera el creador de varios diseños de las marionetas. También pilló cacho el escritor del primer borrador de Puppet Master, un buen hombre llamado, Kenneth J. Hall, que también fue desterrado por el productor porque quería que su franquicia titiritera llevara el título de “historia de Charles Band” y no de “historia de Kenneth J. Hall", que quedada más feo.  


Existían intenciones de estrenar la película en cine pero nuestro productor y amigo Charles Band, decidió sólo lanzarla en formato doméstico porque preveía un beneficio mayor. En 2008, el productor autorizaría la venta de la peli por Itunes Store, creando esa cadena tecnológica tan curiosa que pasa del añejo formato VHS al mercado digital de hoy. No me puedo hacer mayor.



La idea del director de Puppet Master, David Schmoeller, por resucitar lo inmaterial, ya venía de lejos ya que quedó finalista en 1975 en la Student Film Awards con la obra The Spider Will Kill You. Dicho corto trataba de un hombre ciego que se enamoraba de una maniquí que cobraba vida. Sin embargo en dicho certamen estudiantil se encontró un hueso duro de roer y fue derrotado por el conocido Robert Zemeckis. 

También en la otra cara de la moneda, el productor Charles Band poseía un fervor amor por las criaturas, ya que popularizó obras tan fantásticas como GhouliesDolls, esta última dirigida por Stuart Gordon. Dolls (1987) contaba con una sinopsis muy similar a Puppet Master (1989) ya que trataba de unos jóvenes que se colaban en casa de un titiritero que se dedicaba a encarcelar criminales dentro de sus marionetas antropomórficas. Muy al estilo Muñeco diabólico (1988) salvando las distancias. 



Dolls tuvo 2 millones de dólares de presupuesto y Puppet Master sólo 400.000 $. ¿Por qué esta diferencia? Porque el señor Charles Band primeramente fundó Empire Pictures con las que financió míticas cintas como Ghoulies, Re-animator y la susodicha Dolls pero la productora se fue al garete. Y Puppet Master fue sufragada a posteriori con otra nueva productora creada por este señor llamada Full Moon Productions y ya suponemos que aprendió de sus errores y decidió controlar con más cautela sus presupuestos.



Primeramente, hay un guión escrito por Kenneth J. Hall bastante divertido ya que sustituía al grupo de parapsicólogos por un aquelarre de brujas modernas. Qué locura. Además, el enfermo del productor, Charles Band pidió expresamente que hubiera una escena sexual de tipo bondage en la cinta. Y Kenneth J. Hall, escuchando sus plegarias y atendiendo a su jornal, escribió la escena de sado en la que aparecían dos brujas punk vestidas de cuero. Pero al no haber brujas, el director David Schmoeller se vio obligado a plasmar en pantalla a dos de los psíquicos jugando con cuerdas y vendas. Todo muy anticlimático. El desvarío reinaba.



El gore convive con las víctimas en su justa medida y podríamos catalogarla como gore light. No llega a niveles cómicos como en Tu madre se ha comido a mi perro (1992) ni alcanza límites grimosos como el gore visto en la saga Saw. Sólo hay que observar la sangre ¿verde? "a chorro" que emana el villano de la cinta. Una sangre de color verde que según un vídeo de curiosidades se escogió para evitar que la peli fuera destinada para adultos. Aspecto que me parece una absurdez, ya que el resto de la cinta tiene contenido de sobras para condenarla y destinarla a un público adulto. 



Pero sí hay una escena maravillosa, sin duda, es en la flamante aparición de la marioneta femenina y que enlazo al final de este post. La títere posee como característica principal, el esputar sanguijuelas y vemos como recurre a ellas para engañar morbosamente a un cegado y atado amante. Aunque para momentos duros, tenemos a una de los psíquicos, Dana, que va paseando y conversando con su perro pekinés… disecado.




Pero aquí, los dueños de la función son las marionetas:



El verdadero titiritero de toda esta pantomima fue el supervisor de efectos visuales, David Allen, que hizo lo que pudo (y muy bien) mezclando movimientos mediante cables, un poco de stop-motion y la ayuda de especialistas “humanos”. 


En esta primera parte de Puppet Master vemos a:

Blade: Es la marioneta protagonista por antonomasia. Aparece en toda la saga y es el líder indiscutible de todo el tinglado marionetil. Posee una especie de gancho en la mano al más puro estilo Sé lo que hicisteis el último verano y en la otra mano se le ve una especie de cuchilla para favorecer el cerceno. Según su autor, este muñeco está inspirado en el célebre y tarado actor Klaus Kinski.



Pinhead: Otra de la marionetas clásicas de la saga. Las manos humanas que portaba la marioneta correspondían a las de la actriz Cindy Sorensen que padecía enanismo y le costó horrores esconder la cabeza mientras sostenía la marioneta sobre sus hombros. Su forma de liquidar al personal era mediante el estrangulamiento. Petequias venir a mi.


Tunneler: Marioneta con un taladro por cabeza que asesina embistiendo al personal. No se sabe con certeza mucha biografía de este muñeco a pesar de ser uno de los sempiternos de la saga. Eso sí, en la web http://puppet-master.wikia.com utilizan la forma de su cabeza como cursor. Una risa.



Kahn: Es la primera marioneta que aparece en la saga y su función es hacer de vigía para André Toulon. Tiene apariencia de Fuman Chú y desaparece de la faz de la saga en los primeros minutos de película. Te echamos de menos.



Leech woman: Mi favorita y poseedora de una de las mejores escenas del  film. Títere femenino que cuenta con una boca hecha de látex donde surge una agradable y dicharachera sanguijuela. Cabe decir que el animal era real y sólo podía salir la mitad del animal por la boca del muñeco.


Jester: La característica principal de este resucitado muñeco es rotar a un ritmo endiablado diversas partes de su cabeza: frente, media cara y mentón. Y puede adoptar cinco expresiones faciales. 




También desecharon ideas de marionetas de esta primera película por falta de presupuesto como por ejemplo, Six-shooter, que era un cachondo vaquero con seis brazos, o Cyclops. No obstante, estas ideas sí que fueron recicladas para posteriores secuelas.


Para completar, en las secuelas nos irán mostrando más detalladamente el origen de cada una de las marionetas, que como se insinúa el principio de esta cinta, todo este mundo estará muy relacionado con “cosas nazis”. Y si estos datos os parecen poco, podéis complementar esta información con una serie de cómics que lanzaron a raíz de la peli, editados por Action Lab Comics.



Puppet Master, entra dentro de mi espectro cinéfilo, donde se halla la imposibilidad de determinar un juicio justo sobre la calidad de la película ya que ni sus propios autores vislumbraban un éxito cualitativo más allá de la propia fantasía de la historia y de la ilusión que emplearon en la confección de la película. Si eres amante de la fantasía y de ese terror “barato” pero con encanto, “tipo Ghoulies”, Puppet Master se deja ver.
Para un servidor, este tipo de cintas son como ir al McDonald’s, sabes que lo que comes no es muy sano pero lo disfrutas como si se acabara el mundo.



Curiosidades:

Se crearon alrededor de la película, unas pingües cantidades de merchandising. Entre ellos diversos cómics, CD’s, un vinilo, disfraces y un muñeco que posee fluorescencia.



Soy muy malo para pillar errores de racord pero en esta escena, dado su poder “dramático”, me fijé en una misteriosa calavera que se mueve de un plano a otro.



El director David Schmoeller aparece como escritor en los créditos con un pseudónimo, Joseph Collodi.

En un momento de la cinta, hacen referencia a la pareja de actores Clark Gable y a Carole Lombard. Carole y Clark se casaron y fueron una pareja muy querida hasta que ella falleció por culpa de un accidente de avión. Se comenta, que al ser tiempos de guerra, los faros de advertencia del avión donde iba la actriz estaban apagados por miedo a ataques japoneses. El piloto no se guió correctamente e impactaron.




La actriz, Barbara Crampton, célebre por la obra de culto Re-Animator, nos deleita con un cameo en Puppet Master.


La película cuenta con un breve “como se hizo” titulado No strings Attached. Y nada más, que paséis mucho frío.